Capítulo 34. Un Toque Del Pasado

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—No está, gracias a dios —jadee casi con violencia al recuperarme, había estado preparada para la noticia más terrible de mi vida si es que sucedía, fue increíble como todo desapareció a mi alrededor y comenzó a tornarse claro otra vez.

Olga suspiró a mi lado aliviada y me sacudió para reanimarme.

—Es una excelente noticia, yo sé que ambos están bien, tengamos mucha fe.

—Sí —asentí apenas, estaba tardando en recuperarme, el miedo en verdad se había apoderado de mí.

Olga me examino y se dio cuenta que apenas estaba recobrándome, me tomo del brazo y me guió hacia una de las mesas para que nos sentáramos.

—Pediré café para ambas. ¿Estás mejor?

Parpadee ya un poco más consciente de todo, le di una sonrisita para que no empezara a preocuparse.

—Estoy mejor, gracias.

—Bien, iré por el café. Ya vuelvo.

Esperé sola en la mesa a que ella trajera el café, todavía podía sentirse sobre mi pecho el pulso enloquecido de mi pecho, temblaba un poco pero entendí más tarde que era por la emoción de darme cuenta que él no estaba mal herido y mucho menos muerto, era un alivio que no cabía en mi cuerpo.

Olga y yo tomamos café para pasar el trago más insoportable de nuestras vidas, creímos muchas cosas pero gracias a dios todo se arregló, estamos renovadas, teníamos más consciencia de que después de todo, nuestros sacrificios estaban valiendo la pena, teníamos las fuerzas para seguir buscando y no resignarnos hasta encontrar lo que queríamos. Más tarde le pedí que me acompañara a buscar un hotel antes de que se acabara nuestra hora de descanso, ella me hizo reconsiderar aceptar quedarme en su casa diciéndome que ya había estado instalada y que sería una tontería irme.

—Estás muy bien con nosotros —admitió con una súplica muy dulce —Quédate, así no tendrás que buscar otro lugar, ¿Para que buscar? Además estamos en el mismo lugar, podríamos irnos juntas, sería más seguro.

Era una mujer muy agradable y me parecía lo más correcto, estábamos juntas y yo me sentía bien en su casa, claro no quería que pensara que me aprovechaba de la situación, no quería abusar de su amabilidad.

—La verdad me gustaría quedarme pero no quiero ser abusiva.

Hizo un ademán con la mano.

—¡Oh no! Para nada, será genial tenerte en casa, así no tendré que soportar yo sola a Alexander, a veces Rachel llega muy tarde de su trabajo y tengo que soportar a mi primo, si estás conmigo ya podrá mantenerse más quieto.

Reí apenas y le di un sorbo ligero al café, Alexander no era mi preocupación, no me importaba en absoluto, yo quería quedar bien con Olga quien estaba dándome entrada a la casa.

—¿Es que acaso no se llevan bien?

Ella se encogió de hombros y puso los ojos en blanco soportando tener que pensar en su primo.

—Es un poco arrogante, siempre lo ha sido, la verdad llevo años sin saber de él, hace apenas dos años nos volvimos a ver, él vivía con un amigo suyo y está invirtiendo en unos negocios ahora, por eso vive con nosotras o bueno más bien yo con ellos porque él llego primero después me integre yo.

—¿Y Rachel?

—Ellos apenas y se hablan, prácticamente cada quien tiene sus asuntos, no nos metemos en la vida de ninguno, así es mejor.

(...)

Habíamos llego a casa bastante cansadas, los talones de mis pies se habían endurecido casi volviéndose de piedra, había estado parada muchas horas y no me dio tiempo de sentarme unos minutos, Olga también llego agotada y ambas nos dejamos caer en el sofá, nos pareció extraño no escuchar la voz de Rachel preguntando por nosotras así que Olga se levantó para ver donde estaba y en ese momento casi choca contra Alexander que venía entrando a la sala.

En Contra De Mis Principios© [COMPLETA]Where stories live. Discover now