Capítulo 1. La Decisión

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Mire con total atención la partitura que estaba a punto de interpretar con mi violín, era ya la tercera vez que intentaba que sonara con más fluidez, quería llevar mis expectativas más allá, quería estar segura de lo que era capaz de hacer.

Me erguí y comencé como todas las veces, recordándome lo orgullosos que pondría a mis tíos con este nuevo logro más. Me emocione al percatarme de que el principio fue fácil, quería terminar con un alto estándar mi melodía pero toda concentración se esfumo cuando varios golpes importunos se hicieron presentes sobre la puerta. 

Al abrirse la puerta me percaté de que era mi tía Grace, una mujer bajita, algo regordeta, con un cabello rubio como el sol, gracias a su piel lívida podía darse el lujo de usar grandes collares de perlas y aretes de plata, siempre lucía bien ademas tenia grandes pómulos y siempre se mostraba muy amable y bondadosa, sus ojos cafés claro eran pequeños pero muy potentes.

Le sonreí y detuve mi interpretación.

—La comida está servida, será mejor que bajes o se enfriara.

Asentí.

—Sí tía, en seguida bajo. Gracias.

Deje el violín sobre la cama y guarde mis partituras en el cajón de mi mesita de noche, me sentía tan mal de no haber practicado luego de las pocas semanas que había terminado el curso de violín que pago mi tío Frank, no quería que cuando el me pidiera tocar yo fuera un total desastre, solo quería que él pudiera sentirse orgulloso de mi después de todo lo que ellos hicieron luego del descenso de mis padres hace ya cuatro años. 

Recuerdo que tenia diecinueve años cuando en el funeral prometieron hacerse cargo de mi y  así fue, me pagaron el primer tren a Inglaterra, me arroparon como a una hija más y me dieron todo, sí, todo, ropa, comida, clases de violín privado, en si mis tíos tenían más acceso a pagarme todo aquello ya que mi tío Frank trabaja en un empresa donde se hacen construcciones, supervisa y dirige así que no le va nada mal.

Y yo pues solo puedo decir que me he acostumbrado, siempre fui para ellos una niña talentosa, bien portada y con buenos valores y es que así también se ha mantenido todo. Mis tíos tienen una forma de educar muy franca y directa, la misma que me dieron mis padres, nada de llegar tarde, ser siempre respetuosa consigo misma, darse a valorar como mujer y evitar andar en boca de todos y es que mi padre y mi tío son hermanos y es así que por ello no hay diferencia alguna, fueron educados con el mismo gran valor.

Baje las escaleras casi corriendo y logré tropezar con mi prima Stella, era casi mi hermana porque aun así antes de morir mis padres ella y yo eramos inseparables a pesar de que ella me gana por cinco años no le importa andar conmigo teniendo yo una apariencia más joven.

Reímos al darse la competencia, corrimos hacia llegar al comedor y fue nuestro tío Frank quien ya sentando nos reprendió.

—¿Acaso no les he dicho que no quiero competencias en esta casa? —nos miró con desaprobación pero fue tan leve que no fue para hacernos reflexionar nuestro mal acto, casi nos hizo reír y entonces gruño -Ya veo que no quedo claro.

—Lo siento papá —se disculpo mi prima tomando asiento.

Tome mi asiento que quedaba junto con ella, yo si estaba realmente avergonzada.

—Perdón, tío. —susurré con la mirada hacia abajo.

Stella rió bajito y yo suspiré, no había nada que ella tomara con seriedad, claro, era de esas chicas despreocupadas de la vida que van modelando su belleza y es que bueno si era bastante guapa. Era alta, rubia, ojos verdes y siempre iba bien maquillada, podía asegurar que era el reflejo de mi tía en sus buenos años pero en sí yo siempre le encontraba un parecido a mi tío Frank, el tenía los ojos verdes, una barba pequeña debajo de la nariz,  alto y también algo gordo pero siempre estaba riendo que sus mejillas permanecían ruborizadas, tenia unas grandes entradas en la cabeza por falta de cabello pero lucia adorable.

En Contra De Mis Principios© [COMPLETA]Where stories live. Discover now