Los dos Chat Noirs, lucha de territorios

1.- Los dos Chats Noir, la historia comienza

Era un día como cualquier otro, dentro de una primaria la campana de recreo sonó y los pequeños salían fuera de un aula. Manon colocaba a su pequeño hamster con cuidado dentro de su jaula diciendo: -Pórtate bien, volveré enseguida.- Colocó también en la jaula un dibujo de crayones de él y ella, y la pequeña salió hacia el patio.

Enseguida, tres niños traviesos se acercaron a la jaula del hamster mientras este corría feliz en su rueda. Entonces un mocoso exclamó: -Qué animal más tonto.- Y otro lo sacó de ahí bruscamente diciendo: -No hace más que correr como loco.- El hamster asustado, mordió fuertemente al chico en la mano. Este gritó y lo soltó debido al dolor haciendo que el hamster cayera de nuevo en su jaula. El chiquillo se quejaba del dolor y el hamster simplemente lo ignoró tomando una semilla de girasol estando a punto de comerla. Cuando, el niño molesto por haberlo mordido se lo arrebató diciendo: -¡Oh no, eso no es para ti, roedor tonto!- Y le dio un golpecito en la frente.- Los otros dos chicos rieron y entonces el hámster se molestó increíblemente. En eso, una mariposa negra se acercó hacia él y entró en un pequeño dibujo que se encontraba debajo de él. El hamster comenzó a agrandar su tamaño colosalmente y los niños sorprendidos huyeron de ahí aterrados, al igual que el resto de la escuela.

Marinette caminaba por las calles de París camino a casa como si nada. Cuando, Tikki se asomó por su bolso y exclamó: -Marinette, detecto la presencia de otro Plagg en la ciudad.- -¿Qué? ¿Hay otro gato negro?- Exclamó la chica sorprendida. De pronto, escucharon gritos descontrolados y Marinette voltea asombrada al observar como masas de personas huyen de lo que parece ser, un hamster mutante. La chica no podía creerlo y perpleja exclama: -¡El akuma!-

Mientras tanto, en otra parte de la ciudad, un chico con el cabello rubio cenizo tomaba una taza de café tranquilamente dentro de un restaurante.

De vuelta al problema, Marinette corría a toda prisa entre la multitud huyendo del akuma con desesperación. Y nerviosa pensaba: -¡Debo encontrar un lugar para transformarme!-

Corrió varias cuadras hasta que por fin encontró una tienda, entró en ella y la atravesó rápidamente dirigiéndose al baño para poder transformarse. Cuando, tropezó con un vidrio quebrado y resbaló hacia el suelo. En eso, sintió como unos brazos detenían su caída, y reaccionando, abrió los ojos sorprendida al ver como un muchacho la sostenía en sus brazos sentado en una silla. Tenía el cabello rubio cenizo y los azul de un azul claro y metálico. Vestía de manera formal con colores fríos. El muchacho igualmente sorprendido, se sonrojó al verla y Marinette de igual forma, debido a la pena.

Marinette apenada y ruborizada le sonrió nerviosa colocando una mano detrás de su cabeza diciendo: -Hola.- El chico, algo conmocionado le devolvió el saludo y sólo la observó alejarse mientras corría lejos de él.