Capítulo XXXIV

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Al día siguiente, al despertarme lo primero que vi fue una foto enmarcada donde estábamos Cameron y yo; esa foto nos la habíamos tomado en nuestro primer año de novios. 

Ya no podía esperar un segundo más sin saber absolutamente NADA de él.

Mientras alistaba a Nathan para salir, llamé a Natalie para verla en el parque. Estaba demasiado ansiosa y decidida a tener respuestas a como dé lugar.

Terminando la llamada, monté a Nathan en la carreola y salí de mi casa ignorando totalmente a mi madre, seguía molesta con ella por no habérmelo dicho en su momento.




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—¡Andrea! —gritó de emoción.
—¡Natalie! —y yo también.
—¡Tanto tiempo sin vernos! —corrió hacia a mi para abrazarme—. Hola, Nathan.
Natalie desabrochó el cinturón y lo cargó. Caminamos hacia la misma banca que siempre solemos sentarnos y comencé a hablar. 
—Oye Natalie... ¿qué pasó con Cameron? —la sonrisa de Natalie se esfumó—. ¿Qué ha pasado con él? —pregunté muy nerviosa.
—Vamos, ¡Andy!, ¡casi más de medio año sin vernos! Cuéntame tooodo lo que ha pasado, con Erik, por supuesto —me dio un codazo—. ¿Qué tal, ya se besaron?
—Natalie —dije seria y molesta—. Por favor.
—Oh, cielos... necesito que me cuentes lo que te ha pasado. No pude ir a visitarte en ese tiempo porque ya estoy en un trabajo y... es complicado. 
—Debemos contarnos muchas cosas, sí... Pero yo necesito que me hables sobre Cameron. ¡Por favor Natalie.
—Cameron —repitió Nathan—. ¿Pa?
Natalie no pudo evitar sonreír y llorar al instante.
—¿Le has hablado de él?
—Por supuesto, él es su padre.
Natalie no dijo nada... Llevó a Nathan de nuevo en la carreola, yo saqué un pequeño pianito que llevaba en ella y se lo dí. Después ella cubrió la carreola con la manta.

Las dos quedamos en silencio... Ahora simplemente se escuchaba el sonido del viento chocar contra las hojas de los árboles y la risa de Nathan cada vez que presionaba una tecla.

Después de un rato por fin habló.

—Lo siento, Andrea —murmuró.

Lo entendí.
Me derrumbé.
Me sentí golpeada como no lo había sido nunca en mi vida, más de mil puños, heridas, caídas...
Mi vida se vino abajo en una milésima de segundo.
No lo podía creer. ¿Por qué me estaba pasando todo esto?
Primero Carrie, y ahora ¿¡Cameron!?

No podría soportar todo esto.
No, no podría; acababa de enterarme que perdí a una persona que alegraba mis días con su inocencia, que era esa parte de mi familia que faltaba y ahora... perdí a la persona que más amaba, a la persona que alegraba mi semana con un beso suyo...

—¡No, no, no! ¡no es lo que piensas! —exclamó Natalie luego de ver la expresión de mi rostro.
—¿Cómo? ¿él no mu...

—No —respondió inmediatamente y luego dio un gran suspiro—. Él, él sólo no quiere verte más...
—¿¡Qué!? —estaba totalmente desconcertada.
—Tranquilízate, ¿quieres?... Primero que nada, quiero que te calmes y respires.
Hice lo que me ordenó.
—Tampoco quiero que grites... Sé que Nathan no entiende ni comprende aún muy bien lo que decimos, pero aún así se puede alterar o alarmar con los gritos... ¿de acuerdo?
Yo asentí y respiré muy profundo...
—Hace un año y medio dejaron el tratamiento del "coma inducido", el doctor dijo que estaba bien recuperado, que ahora sería cosa de él que despertase... Y bueno él despertó hace 1 año.

—¿¡Hace un año!? —interrogué sorprendida. ¿Cómo era posible eso?
—Shhh... el niño.
—Lo siento. Pero ¿por qué nunca me lo dijeron?

¿Esto es amor?Where stories live. Discover now