Capítulo VI

6.3K 529 167
                                    

—Él no merece ser perdonado... de nuevo —Natalie me abrazó.
—Me siento tan mal —sollocé.
—Mereces algo mejor que él, tú lo vales.
—Es que tú no sabes todas las veces que me hacía sentir bien, todas las veces que me decía que me quer...

—Y ¿todas esas veces que te hacía sentir mal?, ¿todas esas veces que te decía que te odia...
—Ya no sigas Natalie—ahora yo la interrumpí.

—¡Andrea! ¡abre tus ojos!, él es una tortura para ti, es un gran peso para tus hombros. Dejaste de ir a clases por su culpa, y eso hizo que reprobarás dos materias... Debes dejarlo ir YA, él no te hace nada bien.

—No sé si podré hacerlo —admití.

—Yo sé que tu puedes hacerlo —Natalie me dio palmaditas en mi espalda.

Ella es la persona indicada para consolarme en estos momentos. No sé como logra soportarme, y más en estos momentos. Bueno, tal vez sea por que ha sido mi mejor amiga desde que eramos pequeñas. Nuestras madres se conocen perfectamente bien, es por eso que nos hicimos amigas, por nuestras madres.

Me acurruqué en mi cama mientras yo limpiaba mis lágrimas con los pañuelos que Natalie me pasaba.

Estaba tratando de olvidar a Cameron, tratando de olvidar todos esos bonitos recuerdos que tengo de él, de esos 2 años que pasamos juntos sin golpes ni insultos, años en los que había respeto en nuestra relación, traté de hacerlo y justo en ese momento Natalie y yo nos sobresaltamos al escuchar que algo, o mejor dicho alguien, tocó la ventana.
—Es él —susurré, y sabía perfectamente bien que era Cameron. ¿Por qué? bueno, es el único chico que sé que puede subir por la pared con ayuda del árbol que está a un lado de mi casa para poder verme.

—¿Cameron? —yo asentí con la cabeza—. ¿Cómo rayos le hace para subir hasta el segundo piso?—preguntó y yo encogí los hombros sonriendo ligeramente—. ¡Oh no! tú no le abrirás, ni le harás caso, por supuesto que no.

Volvimos a escuchar que tocaron la ventana.

Me recosté sobre mi cama y comencé a llorar.

De nuevo tocaron la ventana.

—¡Eh!, por favor ábreme, hace un frío que no mam... —escuché a Cameron dar un suspiro—. Mira Andrea, lo lamento, en serio, te amo y te necesito como no te imaginas, necesito hablarte.

Miré a Natalie y ella me miró.

—Ni se te ocurra Andrea —dijo como si me hubiese leído la mente..

—Debo irme. Te dejaré algo acá afuera, espero que lo veas. Te amo.

A pesar de todo, el hecho de pensar de que él ya no estuviera más conmigo me partía el corazón.

—Si hubiese sabido que dolía tanto... —susurré.
—Lo habrías amado igual —me dijo Natalie tendiéndome un pedazo de papel para limpiar mis lágrimas.
—Lo habría amado con las mismas fuerzas...


Pasó media hora y no volvimos a escuchar nada.
—Andrea, se hace tarde, debo irme. Júrame que no volverás a perdonarlo, jamás —ella tomó su suéter—. Mañana te recojo para irnos juntas al colegio —tomó su bolso—. Te quiero mucho —me dio un abrazo y se fue.
Di un gran suspiro, no sabía que hacer.

Esperé a que Natalie se alejara para que no pudiese verme. Caminé hacia la ventana, la abrí y vi un gran ramo de rosas en la barda. 

Las tomé, las puse en mi buro y leí la nota que colgaba en una rosa: 

"Soy un idiota, lo sé, me he portado terriblemente mal contigo, y merezco que me odies. Te he hecho sentir mal y me arrepiento de ello. Me siento horrible cada vez que recuerdo lo que te he dicho o hecho. No puedo imaginarme una vida sin ti. Eres lo que más deseo y quiero en este mundo. Sé que no he sido el mejor novio del mundo, ni la mejor persona que conozcas, pero quiero que sepas que por ti estoy cambiando. No soporto la idea de saber que tú jamás estarás conmigo más. Te amo Andrea, y lo siento demasiado. Espero que me perdones, por favor. Espero una respuesta tuya." 

—Te perdono... —pensé en voz alta.

Seguramente Natalie me odiaría por perdonarlo, pero no es tan fácil y sencillo dejar a la persona que más te ha hecho feliz que nadie.










¿Esto es amor?Where stories live. Discover now