Así, contigo |Nash Grier |

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Cuando ya pensaba que era la habitación correcta mi vino la desilusión ya que era otra vez la equivocada así que mandé un mensaje a Nash.

"Nash, vente con los chicos a la planta de Leucemia, quiero presentaros a una chica. -___."

"Vale mi amor. -Nash."

Llegué de nuevo a donde estaban los niños y ahora en vez de haber 3 había al rededor de 10, entre niños de 8 a 15 años. Sorprendente mente los chicos ya estaban allí.

-Ey ¿que tal, te han firmado algo? -le dije a la niña de antes.-

-¡Si, mira! -me mostró su pañuelo firmado por Matt y Nash, y una camiseta de magcon firmada por todos los chicos.-

-¡Chicos!, rematemos esto con una foto ¿no? -Dije en voz alta para que todos me oyeran.-

-¡Si!

Nos colocamos los mayores de pie, mientras que los niños abajo y los más pequeños los cogíamos en los hombros.

[...]

-Ha sido una tarde perfecta. Y todo gracias a ti. -Me dijo Nash mientras entrabamos todos al hotel.-

-Es para que veáis lo felices que hacéis a muchas personas con solo existir.-le besé suave los labios.-

-Ejemm... Cuñada, ¿no preguntas por mi? -dijo Hayes gracioso.-

-¡Ay mi cosita! Estaba reservando lo mejor pare el final.- y empecé a darle muchos besos por toda la cara.-

-Vale, vale... -Todos reímos a eso.-

Bueno, buenas noches chicos! -Nos dijimos entre nosotros y sí, buenas noches ya que cenamos en el restaurante del Hospital y cuando nos quisimos ir eran las diez y media.-

Mientras Nash estaba con el móvil, yo me acurruqué a él mientras veía la tele. Me levanté un poco para sentarme en su regazo. Él dejó el móvil y me miró. Y fue cuando sus manos envolvieron mi cara para a traerla a la suya y llenarme de besos.

-¡Para Nash! -Reía intentando alejar sus manos.-

-Es que eres demasiado preciosa, ___. Es inevitable no querer espachurrarte.- Dijo soltándome después de un rato.-
Hundí mi cabeza en su cuello, mientras rodeaba su cintura con mis piernas y escondía mis brazos entre su pecho y el mio, mientras Nash acariciaba mi pelo, colocando su mejilla en mi frente.

-Me encanta estar así contigo.-Susurré, inhalando su colonia, la cual me encanta.-

-Pues yo ni te imaginas. -Sonreí contra su cuello y levanté la cabeza, casi rozando mi nariz con la suya.-

Le miré directamente a los ojos. Junté mis labios con los suyos para darle un pequeño beso, y cuando iba a retirarme, Nash puso una mano en mi cuello y me empujó de nuevo a él, así alargando el beso.

Me separé, a lo que él echó la cabeza para atrás y gruñó, queriendo más. Reí.

-Cualquiera de los chicos podría entrar en cualquier momento.- Dije.

-Venga ya, no estamos así desde que te fuiste de Oakland y no creo que a ninguno de estos vagos les apetezca levantarse ahora. -Respondió para volver a acercar sus labios, pero esta vez a mi cuello.-

Mordió mi piel suavemente, succionarla luego. Un pequeño escalofrío bajó por mi columna. Soy incapaz de rechazarle cuando se pone en ese plan, y la idea de que pudieran entrar en la habitación se me fue por completo. Siguió besándome el cuello para seguir subiendo por mi mandíbula y finalmente terminar en mis labios de nuevo.

Le miré de reojo, y pude observar cómo sus pupilas en el momento que hicieron contacto con las mías, se dilataban y oscurecían. Sus ojos azules eran prácticamente negros. Nash tenía razón, había pasado mucho tiempo desde la ultima vez, y había que aprovechar cada minuto a su lado. Aun que a la vez me sentía asustada, sería mi primera vez, pero enseguida me relajé sería mejor hacerlo con alguien con el que llevo mucho tiempo y así lo que pase después no será tan... raro.

Y fue cuando no pude esperar más y me lancé a sus labios, devorándole. Rodeé su cuello con mis brazos, atrayendo su cara como tan posible fuera a la mía. Sus manos viajaron hasta tus caderas, metiéndose bajo mi camiseta y con sus pulgares masajeaba en círculos.

Podía sentir cómo se reía durante el beso, y en un momento más tarde, introdujo la lengua en mi boca para iniciar una pequeña batalla.

Las cosas aumentaban de ritmo. Sus dedos subieron al cierre de mi sujetador después de haberle quitado la camiseta. Deslicé mis manos al borde de la suya, para retirarla también, y una vez fuera, pasabas los dedos sobre su estómago.

Le besé apasionadamente, a lo que gimió dentro de mi boca. Volvió a bajar los besos para besarme la clavícula y los alrededores de mis pechos.

Ambos jadeábamos, y agarré su cara para volver a hundir mis labios con los suyos. Mordí su labio inferior a lo que sonrió. Me tumbó en la cama para colocarse encima.

Atrapé su cintura con mis piernas, para tenerle lo máximo posible junto a mi. Sus manos recorrían mi cuerpo, hasta que pararon en el botón de mis pantalones. Le impedí que lo hiciera, aún mientras le besaba. Lo hice yo, demostrando que me sentía libre de entregarme a él.

Sus dedos masajeaban mi clítoris de arriba a abajo, y tirabas de su pelo gimiendo en sus labios, Conseguí llegar a un primer orgasmo, a lo que Nash sonrió.

-Me encanta que te corras para mi, ___. -Susurró en mi oído.-

Sus manos ahora volvieron a mi sujetador. Lo desabrocharon, y una vez con mis pechos fuera, los admiró. Me sonrojé y busqué su mirada para que no se centrara sólo en aquellas dos. Sus manos las apretaban, a lo que gemí bajo él.

Oímos cómo tocaban a la puerta, y varias voces masculinas sonaban tras ella. Nash literalmente, saltó de la cama, extendiéndome su camiseta. Me la coloqué rápidamente ya que no me daba tiempo a ponerme el sujetador. Me coloqué una almohada sobre mi pecho y acomodé mi pelo para no levantar muchas más sospechas.

Magcon ImaginasWhere stories live. Discover now