Te he echado de menos |Cameron Dallas|

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Últimamente tus amigas no habían podido pasar mucho tiempo contigo por motivos de sus trabajos, y en el caso de la hermana de una de ellas, por los estudios. Esos días, Cameron, tu novio desde hace tres años, te había estado consolando por la muerte de tu abuelo; el hombre que, prácticamente, te crió desde niña. Ya que tus padres trabajaban día y noche para sacar adelante a tu familia.

Una tarde, te invitaron a ir al cine, por lo que aceptaste para no dejarles plantadas y, ya de paso, para que no pensaras tanto en tu abuelo. Cosa que funcionó. Con ellas, todo eran risas y bromas. Te encantaba pasar tiempo con esas locas.

Después de una tarde llena de miles de carcajadas y sonrisas, te despediste de tus amigas para entrar a la entrada de tu edificio. Donde tú y Cameron teníais un piso alquilado. Subiste al ascensor y en menos de dos minutos ya te encontrabas metiendo las llaves del departamento en la cerradura de la puerta.

-Cam-pronunciaste para hacerle saber que ya estabas con él.

Dejaste la chaqueta que llevabas en el perchero de la entrada y diste unos pasos hacia el salón, asomando la cabeza para ver donde estaba tu novio. Al hacerlo, te diste cuenta de que Cameron se había quedado dormido tumbado en el sillón, con el mando de la televisión en su mano, pegado a su cara.

Sonreíste y giraste sobre tus talones para comenzar a caminar hacia la cocina y coger algo de bebida. La hamburguesa que compraste te había dejado la boca seca. Justo cuando abriste la nevera para sacar un zumo, uno de los imanes se cayó. Para tu suerte, no se rompió.

Te agachaste para cogerlo y al levantarte, unas manos se posaron en tu cintura, atrayéndote hacia algo duro; la espalda de Cameron. Una sonrisa ladeada se formó en tu rostro al notar como la barbilla de Cam se posicionaba en tu hombro.

-Te he echado de menos, princesa-dijo con voz ronca.

-Y yo.

Te giraste para mirarle, sin dejar de tener las manos del castaño en tus caderas, y apoyaste tu frente en la suya, cerrando los ojos. El moreno acercó sus labios a tu nariz y depositó un casto beso en ella.

Magcon ImaginasWhere stories live. Discover now