Capítulo veintitrés: El cielo es el límite

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Lo único que tiene mi atención son mis dedos bailando sobre el delicado mantel, todo el ruido que hay a mi alrededor parece que esta a mil años luz de donde estoy. Me siento algo mareada, mi cabeza no para de dar vueltas, trayendo al presente un millón de recuerdos, y mi corazón golpea contra mi pecho en una velocidad que no debe ser normal.

Cuando veo que el líquido espumoso del champagne cae sobre mi copa le sonrío muy levemente al mesonero, y no espero a que se de la vuelta para dejar que las espumas hagan cosquillas en mi garganta, una pequeña risa al otro lado de la mesa llama mi atención, y esos ojos verdes que siempre han tenido efecto en mi, me causan una extraña sensación, y ni hablar de esa sonrisa de medio lado... Por un micro segundo me desconecto y me permito viajar al pasado, recordar esas pocas veces que tuve esa sonrisa a pocos milimetros de mis labios, o cuando yo era la causante de ella

- ¿Qué piensas, Sky?

Parpadeo para centrarme en el hoy y el ahora. Ya no somos las mismas personas, eso está claro. 

Veo como se lleva la copa a sus labios y mi mirada se desvía a su tatuaje, el cual se ve muy ligeramente

- ¿Vas a decirme qué significa ese tatuaje? -es lo único que sale de mis labios

Max pone la copa ligeramente sobre la mesa, y por sus gestos parece algo confundido, su dedo indice da vueltas por el borde de la copa mientras piensa muy bien lo que va a decir, sus ojos parecen examinarme por completo y se muerde levemente el labio inferior antes de hablar

- Te lo diré... Pero, te invité aquí para cenar, antes de que diga todo lo que tengo que decir... ¿Te apetece algo del menú? -arrastra la carta hasta mi, pero yo no puedo apartar mis ojos de los suyos- En otro momento yo habría pedido por ti, pero creo que las cosas han cambiado demasiado, incluso más de lo que me gustaría

Respiro profundo y bajo la mirada hasta el menú, la verdad no tengo ganas de comer, sea lo que sea, sé que va a caerme mal. De reojo veo que Max le hace señas al camarero y pide lo suyo, yo simplemente señalo algo al azar y él se va con una sonrisa. Mi atención vuelve a Max, quien esta terminando todo el líquido de su copa con un leve suspiro

- ¿Y bien? -pregunto levantando ambas cejas y él suelta una pequeña risa

- Sky, sky, sky... Siempre tan impaciente -coloca su mano sobre la mesa y ahora ambos estamos viendo el tatuaje, su mirada luce algo perdida- ¿Alguna vez has escuchado a alguien decir que el cielo es el límite? -yo asiento muy pausadamente, pero él parece ignorar que estoy ahí- Bueno, desde cierto punto fuiste mi límite... 

Toda la inspiración que parecía existir en su cabeza se desvanece en el instante en que nuestros platos son colocados frente a nosotros, el mesonero vuelve a llenar nuestras copas y se va pronunciando un "buen apetito"

- Sigo sin entender -digo sin apartar mis ojos de su tatuaje

De manera automatica Max agarra la manga de su camisa y se la sube hasta el punto de taparlo por completo, respira profundo y comienza a jugar con su comida

- Las nubes son belleza, Sky. Ellas pintan el cielo, te transmiten paz y tranquilidad

- No cuando está lloviendo, o cuando hay una tormenta -lo interrumpo de mala gana

- Entonces significan ilusión, misterio, secretos y sueños -sus ojos verdes me miran fijamente y me siento como una niña otra vez, mis piernas estan temblando muy levemente y me odio por dejarme ser tan vulnerable con él-.  Y tu eras todo eso para mi, fuiste ese límite que jamás pensé alcanzar, y cuando obtuve lo inalcanzable tuve miedo de no saber manejar, pensé que de igual manera iba a perderte, así que decidí terminar con todo antes de que fuera demasiado tarde, antes de que me consumiera

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⏰ Última actualización: May 24, 2018 ⏰

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