Capítulo seis: Es momento de huir

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El frío recorre todo mi cuerpo, siento mis pies congelarse y me muevo un poco para poder envolverme bien con las sábanas, pero un peso me prohíbe moverme bien. Abro los ojos lentamente, el sol se filtra por la ventana y me nubla un poco la vida.

Un brazo rodea mi cintura y lentamente veo el cuerpo acostado junto al mío. Ethan está sin camisa, o por lo menos eso es lo único que puedo ver, las sábanas blancas están por debajo de su cintura, su respiración es lenta y pausada, hay pequeños moretones en su cuello y clavícula.

¿Yo hice eso?

El cabello cae sobre su cara y se ve tan tierno que quisiera besarlo. Me vuelvo a acostar de nuevo sobre la almohada, el dolor de cabeza está comenzando a aparecer y comienzo a ponerme nerviosa. No tengo ni idea de donde estoy.

Cierro los ojos tratando de calmarme y pensar qué sucedió anoche exactamente.

Estoy sentada sobre él, Ethan comienza a desabotonar con dedos temblorosos mis jeans, me inclino para besarlo y el acaricia mi espalda desnuda e intenta mover un poco mi jean cuando escuchamos un golpe fuerte desde la pequeña sala de estar. Apoyo mis manos sobre su pecho y lo miro, me cuesta un poco enfocar mi visión pero hago lo mejor que puedo.

— ¿Qué fue eso? —susurro.

— Shh —murmura haciendo pequeñas caricias en mi espalda—, quiero escuchar mejor.

Nos quedamos en silencio y escuchamos varias cosas caerse, luego varias maldiciones. Ethan suelta una pequeña risita y se sienta dándome un beso en la mejilla.

— Jay acaba de llegar, ya regreso.

Me mueve con cuidado y se levanta de la cama, abre la puerta con cuidado y enseguida la cierra, yo resoplo algo incómoda, estoy sentada en el medio de una enorme cama matrimonial, demasiado mareada para mantenerme sentada por mucho tiempo, termino dejándome caer sobre la cama.

La puerta se abre y se cierra rápido, siento el peso de Ethan mientras gatea hasta quedar encima de mí. Yo estoy medio dormida, siento que la habitación se mueve.

— ¿Estas cansada? —susurra contra mi oído y me muevo un poco por esa sensación, besa mi cuello con cuidado y se deja caer a mi lado— Creo que deberíamos dormir un poco.

— Lo siento —susurro más para mí.

— No tienes por qué —siento como se mueve sobre la cama y luego escucho como su jean cae sobre el piso—, también estoy un poco cansado.

Me siento en la orilla de la cama y comienzo a quitarme el pantalón, siento su mano subir y bajar por mi espalda, mover el cabello hacia un lago y luego siento sus labios.

— Pensé que estabas cansado —digo luchando con mi blue jean.

— Lo estoy, pero estoy más fascinado por ti.

Su dedo traza mi espina dorsal y comienza a hacerme cosquillas, pateo la prenda y él me abraza para acostarme de nuevo sobre la cama, comienza a hacerme cosquillas y yo intento no reírme tan fuerte, finalmente terminamos abrazados y durmiéndonos más rápido de lo que pensamos.

Me restriego un poco la cara y comienzo a ver en la cama, encuentro mi sujetador y me lo coloco a tientas para así poder salir con cuidado de la cama, intentando no despertarlo, me muevo en la habitación buscando mi blue jean, agarro mi teléfono y corro sobre la punta de mis pies hasta el baño, cerrando la puerta detrás de mí. Me siento en el retrete y marco el número de Holly.

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