Capítulo dos: La tarjeta V

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Chris hizo que Andy le comprara el desayuno, estuvimos casi todo el día hablando de nada en especial, hasta que Chris recibió un mensaje de Holly diciendo que quiera torta helada de oreo.

Andy se despidió de nosotros porque tenía clases extracurriculares, el rubio se queda conmigo, apoya el codo sobre la mesa y me ve con una sonrisa.

— ¿Qué? —pregunto antes de sorber de mi café moka helado.

— ¿Quieres acompañarme a comprarle la torta de oreo a tu compañera de habitación?

— ¿Te refieres a tu novia?

Chris se ríe y asiente antes de ponerse de pie, yo imito sus movimientos y tiro el vaso vacío en la primera papelera que veo. De reojo, noto a Chris escribiendo un rápido mensaje.

Cuando conocí a Holly ellos ya eran novios, y me agradó Chris desde la primera vez que entró a nuestra habitación sin tocar la puerta, con muchas películas y dulces en su brazo, se quedó en shock porque pensó que este año ella tampoco tendría compañera de cuarto. Pero ahí estaba yo, usando una camisa desgastada y mi ropa interior. Nosotros nos sentimos muy apenados, yo corrí directo al baño, desde ahí podía escuchar la risa de Holly y los susurros de Chris.

Fue un incómodo comienzo de nuestra amistad. Pero ya estoy acostumbrada a que me vea en ropa interior, desgraciadamente. Esa manía de entrar sin tocar la puerta no se le ha quitado.

En total tuvimos que recorrer casi 8 tiendas buscando la torta helada de oreo, al momento en que estábamos regresando al edificio ya estaba empezando a oscurecer.

Para ser un jueves en la noche estaba bastante tranquilo, muy pocos estudiantes estaban caminando por el pasillo y muy pocas habitaciones tenían música. Chris y yo tomamos el ascensor en silencio hasta el séptimo piso, ninguno de los dos dijo nada hasta que abrí la puerta de nuestra habitación, sonrío al ver a Holly sentada en su cama, viendo probablemente alguna serie en su laptop y con Hedwig durmiendo junto a ella. Levanta la vista y sonríe ampliamente.

— ¡Llegaron! —exclama tan fuerte que hace que Hedwig se despierte y salte de la cama para esconderse bajo la misma.

— Tuvimos que recorrer 8 tiendas —habla Chris antes de cerrar la puerta—, ¿No podías antojarte de otra cosa?

— Nop —dice poniéndose de pie, dándole un pequeño beso al rubio y agarrando la bolsa.

— Quiero una cerveza —me quejo al caerme sobre mi cama.

Veo a Chris moverse por el piso como si esta fuera su casa, se agacha ante la pequeña nevera ejecutiva y saca una lata verde que me lanza, y yo agarro a duras penas, él saca otra lata y la destapa para beber un largo sorbo.

En teoría está prohibido tener neveras en las habitaciones, pero Holly tiene un encanto que cautiva a todo el mundo. Hasta el sol de hoy no sé cómo pudo convencer al director de tener una.

Me siento en la cama junto a Holly, quien no dice nada porque está demasiado ocupada comiendo su torta, yo abro mi lata y comienzo a beber el líquido frío que hace un cosquilleo por mi garganta.

— Sky se enamoró hoy —le dice Chris en tono de diversión—, no apartaba la mirada de un chico.

— ¿Uhm? —Holly pregunta con la boca llena y voltea a verme con una ceja levantada.

— Fue el chico que me encontré esta mañana —le digo algo apenada, fijando mi mirada en la lata—, estuvo también como paciente en la práctica de hoy.

— Oh, eso suena interesante —me dice Holly algo emocionada—, ¿Y le hablaste?

— Claro que no lo hizo —se burla Chris—, solo lo miró como una acosadora.

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