Similares [D#2]

Capítulo once: El chico misterioso

Han sido buenos días. Realmente lo fueron. Ethan ha sido más atento conmigo, me invita a comer más seguido, me deja pequeño detalles como chocolates o se queda hasta la madrugada hablando conmigo por Skype mientras estudio. Alan y yo nos hemos hecho buenos amigos, nos hemos visto varias veces y él se ha disculpado y resulta ser una buena persona.

Hoy definitivamente no me siento muy bien, tengo una cita en la noche con Ethan, pero también tengo un examen de bioanálisis esta tarde, así que decidí quedarme en mi habitación, con un dolor de cuerpo que apenas me dejaba moverme y literalmente con más de 5 libros sobre mi cama. Ya sé lo que se supone que debo saber para mi examen, pero aún así quiero asegurarme de todo lo que mi cerebro este procesando. Por eso hay más de 15 hojas esparcidas por mi cama y el piso, sin contar la que Hedwig está utilizando para jugar. Solo faltan 3 horas para mi examen y siento que moriré de tanta información.

Escucho golpes en la puerta pero los ignoro. No quiero hablar con nadie, Holly está en clases y estoy segura que Chris lo sabe, así que solo me dedico a morder mi lápiz y seguir leyendo lo que hay en mis libros. Cuando la puerta se abre, levanto la mirada levemente. Ethan luce algo nervioso, cierra la puerta detrás de él y me sonríe tímidamente, hay una rosa blanca en su mano.

— Hola —dice en un tono de voz muy tierno. Yo suelto todo lo que hay en mis manos y lo miro fijamente, Hedwig sale corriendo hacia él y comienza a morder su pantalón.

— Hola —digo un poco avergonzada y algo sorprendida de que este aquí—, ¿no se supone que deberías estar en clases o algo así?

— Tengo algo de tiempo libre y quise venir a verte —me responde encogiéndose de hombros.

Me muerdo el labio y él se acerca, arrastrando mi mascota en todo el camino. Pone la rosa sobre mis libros y se sienta en la cama de Holly, de seguro para no arrugar ninguna de mis hojas.

— ¿Y esto? —le pregunto agarrando la rosa, comenzando a quitar las espinas con cuidado.

— La vi y pensé en ti. Un pequeño obsequio antes de tu examen para que no estés tan estresada.

Me pongo de pie con cuidado y me acerco a él para darle un pequeño beso en sus labios.

— Gracias —murmuro—, eres el mejor novio que existe.

— Eso no es verdad —sonríe y me jala un poquito para hacerme caer sobre su regazo—, tengo mis fallas.

— Son pocas —coloco ambas manos en su nuca.

— En fin... Hoy va a ser nuestra cita, vas a amarla, ¿no estás emocionada?

— ¿Vas a darme aunque sea una pista?

— No, es una sorpresa.

Pongo los ojos en blanco y me dejo caer sobre la cama de Holly, Ethan comienza a acariciar mi abdomen, haciéndome cosquillas.

— ¿Has llevado a alguna otra novia?

Desde hace mucho tiempo aprendí a no preocuparme por el pasado, a que eso no afecte mi presente. Especialmente si se trata de alguna persona cercana a mí. Solo hice la pregunta por curiosidad, si la respuesta es afirmativa no voy a enloquecer.

— Bueno, nunca he llevado a una novia —responde algo distraído—, pero si a un par de chicas.

— ¿Y se divirtieron?

— Mucho.

Ethan gatea levemente hasta colocarse encima de mí, me da un beso y muerde mi labio inferior, meto mis manos por debajo de su camisa y él me sonríe.