Inframundo (Egipto, Babilonia y Grecia)

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Así como existe un paraíso debe existir un lugar para que las almas impuras paguen por sus males, y ese lugar es el inframundo. En la mayoría de las religiones y culturas, tanto modernas como antiguas, existe un lugar destinado al descanso de las almas puras y un lugar de tortura donde aquellos desdichados están condenados a pasar la eternidad para pagar por sus pecados.

En la religión católica existe el purgatorio, que vendría siendo algo así como un punto intermedio entre el paraíso y el infierno, donde las almas pueden librarse de sus pecados para tener la oportunidad de entrar al paraíso.

Para el imperio egipcio morir era algo muy importante considerado una etapa de transición a una vida eterna. Aunque no todo era tan fácil como recorrer un bello campo con flores, no, claro que no. El camino en el 'valle' de los no vivos representaba pruebas difíciles con fuego y otras terribles criaturas, si lograban superarlo el juicio era lo siguiente donde la deidad Osiris pesaba su corazón en una balanza y veía si eran dignos del “Campo de los Juncos” donde se disfrutaba la eternidad e incluso se podía renacer, pero si su corazón estaba lleno de malicia eran ofrecidos a Ammit para que los devorara.

Para los sumerios y babilónicos se trataba de un lugar obscuro y aterrador del que no se volvía jamás, ni siquiera los dioses más poderosos eran capaces de regresar de esa oscura región. Ahí nada de lo que fueron en vida, los pecados o las virtudes los diferenciaban pues todos eran iguales ante Nergal y Ereshkigal, la pareja del inframundo.

Por otra parte los griegos contaban con el Hades, donde las almas de los héroes y gente virtuosa habitaban en los Campos Elíseos o la Isla de los Bienaventurados mientras que aquellos que conseguían hacer estallar la ira de los dioses iban directamente a los Campos de Asfódelos para sufrir sus castigos impuestos por toda la eternidad. Por ejemplo, Sisífo, ladrón y timador, debía debía empujar una enorme roca y subirla por una escarpada montaña pero como la roca era muy pesada se cansaba a la mitad del camino y dejaba caer la roca. Tántalo, quien robó el alimento de los dioses, fue condenado a no comer ni beber, fue amarrado a un árbol del que pendían frutos deliciosos y además su cuerpo estaba cubierto por agua cristalina y dulce, cuando hacía el intento de tomar algún fruto o beber agua éstos se separaban de él. Al igual que en la mitología egipcia, entrar al Hades era bastante complicado, pero salir lo era aún más.

Al morir, se creía que las almas debían dirigirse al Bosque de los Álamos Negros, después se encontrarían con Caronte, quien cruzaría a las almas a través del río Estigia (esta labor tenía que ser recompensada, por lo tanto los antiguos griegos depositaban un óbolo* debajo de la lengua del difunto). Después de atravesar el río Estigia se llegaba a los Campos de Asfódelos, más tarde a la región del Erebo, la más oscura y tenebrosa (para viajar por ahí debían ir a rastras guiándose sólo por el tacto) y una vez superada esta parte se encontraban con el palacio donde habitaba Hades(jefe del inframundo) y su esposa Perséfone para ser juzgados por los tres jueces: Radamantis (enjuiciaba a los asiáticos), Éaco (enjuiciaba a los europeos) y Minos (sólo se ocupaba de los casos más difíciles), que decidían si un alma había sido buena o mala.

Si lograbas entrar ya no podrías salir, lo digo por Cerbero, el guardián de la puerta del Hades. Este enorme can de tres cabezas, se creé fue hijo de Equidna y Tifón, hacía pedazos a cualquiera que intentara entrar o salir, también se creía que podía ser apaciguado con un pastel de miel pero este perro era tan traicionero que a veces devoraba el pastel y también al incautó que se lo entregó.

*óbolo= moneda griega con la se tenía que pagar a Variante pues cuando no le pagaban dejaba a los muertos por toda la eternidad del otro lado del río.

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