La mayoría hemos oído de Papá Noel o Santa Claus, que llega a los hogares la mañana del veinticinco de Diciembre para repartir juguetes y sorpresas a los niños buenos dejando como regalo carbón a los malcriados y también de los Reyes Magos, que visitan a los niños en la mañana del seis de Enero montados en un caballo, un elefante y un camello respectivamente dejando regalos. Eso es porque en nuestro continente estamos bastante familiarizados con las costumbres de nuestros países vecinos y porque incluso algunas son compartidas con otros pero ¿qué sucede del otro lado del mundo? ¿En qué creen ellos? Bendito sea el internet, pues ahora podemos saberlo en uno clic y sin la necesidad de viajar lejos ¿se imaginan ir a Australia sólo para descubrir que allá la Navidad sucede en verano y Santa llega en una tabla de surf?
En fin, hoy no estamos aquí para hablar de Australia (quizá más adelante sí pero no por ahora), hoy hablaremos de un país que causó sensación en la más reciente Eurocopa con Francia como anfitrión: Islandia.
Ahí la población es muy sensible a creer en seres místicos y mágicos como los que abundan en su mitología e incluso se sabe que existe una escuela recién fundada en la capital donde se imparten clases de este tema y no es raro que te cuenten de una construcción detenida por haber molestado a un elfo o del mal funcionamiento de la maquinaria por razones desconocidas como algo común.
¿Alguna otra cosa que nos guste más que la Navidad? No lo creo. ¿Imaginan una, pero multiplicada por trece? Bueno, pues es algo así en Islandia.
Los Yule Lads son hijos del matrimonio troll conformado por Gryla y Leppaludi que vive en una gran caverna en Ludentarborgir los cuales tenían la costumbre de comerse a los niños malos.
La Navidad comienza el doce de diciembre con la llegada de Stekkjastaur (cada uno tiene un nombre de acuerdo a sus características definitorias) y termina el seis de enero cuando Kertasníkir se marcha (a partir del doce de diciembre llegan de uno en uno hasta el día de Navidad que es cuando se marchan de la misma forma en que vinieron terminando así el seis de enero):
Stekkjastaur: Llega el doce de diciembre y su afición es robar ovejas.
Giljagur: Llega el trece de diciembre y se esconde en los establos para poder robar leche.
Stúfur: Catorce de diciembre, roba las cacerolas para comer los restos pegados en ellas.
Pvörusleikir: Quince de diciembre y su pasión es chupar las cucharas.
Pottasleikir: Dieciséis de diciembre, le encanta comer las sobras de las ollas.
Askasleikir: Diecisiete de diciembre, se esconde bajo las camas esperando robar un askur (recipiente parecido a un pequeño boll)
Hurdaskellir: Dieciocho de diciembre y le encanta dar portazos, cuanto más tarde en la noche mejor.
Skyrgámur: Diecinueve de diciembre, tiene debilidad por el Skyr (famoso yogur islandés)
Bjúgnakraekir: Veinte de diciembre y sólo piensa en robar salchichas.
Gluggagaegir: Veintiuno de diciembre y mira por las ventanas de la gente en busca de algo qué poder robar.
Gáttapefur: Veintidós de diciembre, tiene una nariz muy larga que le sirve para localizar y robar rebanadas de pan.
Ketkrókur: Veintitrés de diciembre, lleva un gancho para poder robar carne.
Kertasníkir: Veinticuatro de diciembre y persigue a los niños para robarles las velas.
A partir de este día se empiezan a ir de la misma forma en que llegaron hasta que el último se marcha el seis de enero y termina oficialmente la Navidad.
En Islandia más vale ser un niño bueno pues de lo contrario serás visitado por Gryla el día de Navidad para tener un cena con ella, sólo que tú serás el platillo principal.
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Mitos y Leyendas
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