- entonces debemos ir y buscar las respuestas que necesitamos, no debemos esperar más- dije con miedo de que ya fuera tarde en cuanto a Amy.

- tienes razón, no podemos permitir que Amy se quede sola en esta situación, no antes de que sea tarde- dijo poniéndose de pie.

Llamamos a Coonor que al contarle nuestro plan, se unió a el sin ningún problema.

Salimos de la casa en el auto de Carlos, después de unos cuarenta minutos llegamos a un camino de tierra, por sus lados sólo habían arboles, a la distancia no lograbas ver mas nada que no fuera maleza verde.

Nos bajamos del auto y nos dirigimos hacia el bosque, a unas dos horas del camino, divisamos lo que era un enorme castillo, este estaba rodeador de personas que iban y veían sin ninguna preocupación, al parecer tenian una política organizada para trabajar.

Cada quien se separó por un lado, analizando cada área del perímetro, buscando entradas que nos permitieran pasar inadvertidos y posibles salidas por si las cosas salían mal, o por si solo no salían.

Después de unas horas la noche calló, habíamos discutido sobre varias entradas que podíamos utilizar y las posibles vías de escape.

Después de discutir sin llegar a ningún acuerdo, decidimos regresar, estar en el territorio enemigo sin conocer el terreno es como suicidarse, por lo tanto es mejor no arriesgarse.

Íbamos caminado con calma, tampoco estábamos en condiciones de correr, bueno si podíamos, solo que el silencio era algo que se apreciaba y al parecer ninguno de nosotros quería interrumpirlo.

En el aire se percibía un suave olor, era dulce, era deseable, era el dulce olor de la sangre de alguien puro, a lo lejos no se podía escuchar nada, por lo tanto sea quien sea estaba sangrando para dejar una fragancia hací dispersa.

Estaba disfrutando del magnífico olor, cuando una presencia se iniciaba a hacercar a nosotros, estaba a unos 200 metros, por la oscuridad y la cantidad de arboles no se podía distinguir quien podría ser, se escuchaban pasos entrecortados, como si le vinieran siguiendo y estuviera a punto de caer por la debilidad.

Los chicos estaban igual de atentos que yo, los pasos y el olor se hacían cada vez mas fuertes, hasta que una silueta se pudo distinguir por la poca luz de luna que se filtraba por las hojas, era una silueta pequeña, débil y hermosa.

Carlos al parecer se dio cuanta de quien era y corrió a su encuentro, el pequeño cuerpo se desvaneció en sus brazos, respirando de forma costosa mientras unos silenciosos sollozos salían de el.

Amy estaba aquí, el dulce aroma era de ella, su sangre teñía el aire de esa rica esencia.

Carlos cargo su maltratado cuerpo y corrimos con ella por todo el bosque, necesitaba descansar y reponerse.

Después de una hora y media ya estábamos otra vez en el camino de tierra, íbamos a montarla en los asientos traseros cuando se safó de nuestro agarre.

- que haces Amy? Vámonos necesitamos curarte- dijo Carlos intentando tomarla de la mano otra vez.

- espera, ne...necesito borrar nuestro aroma del aire, si...si lo dejamos nos podrán segu...seguir- dijo con dificultad mientras intentaba pararse derecha.

Tocó sus hombros y trató de relajarse, apretó sus manos y pude ver como su cuerpo se iniciaba a encorvar, podía escuchar como sus huesos se quebraban o mas bien se ajustaban a su nueva forma, se estaba convirtiendo en un licántropo, era la primera vez que podía ver algo hací, sus piernas se achicaron al igual que sus brazos, su cabeza se desformaba alargando la parte de la boca formando una trompa, su cuerpo se lleno de pelo, y en cuestión de segundos el aire dejo de ser dulce, para percibiese el desagradable olor de perro mojado que podía dar un licántropo.

Eternamente(Editando)Where stories live. Discover now