-CAPITULO 31-

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Después de semejante pelea, las cosas ya estaban mas... Nada.

Las cosas no habían cambiado, después de enfrentarnos a las criaturas raras, seguimos avanzando, no me sorprendería si antes de llegar otra cosa ocurriese, este lugar es engañoso, puede destruirte con tan solo un descuido de tu parte..

Mientras más nos acercabamos a la casa, más se dispersaba la neblina, es como si un respiro de aire fresco se pudiera percibir en medio de todo esta trampa mortal.

A una distancia de unos 500 metros estaba la casa del hechicero, pero había un detalle, algo minúsculo.

Para poder llegar hasta ella, había que pasar una gran masa de agua, profunda, fría y engañosa, mejor conocida como el lago de los recuerdos.

Por que ese nombre, la verdad no lo sabia con exactitud, unos decían que era por que este jugaba con tu mente, otros que en ellos estaban los recuerdos de las personas que se ahogaban en el y como esas hipótesis, habian muchas más ¿cual era la correcta? No lo sabia.

Y aquí estábamos nosotros, un grupo de jóvenes en busca de un tesoro perdido con nuestro valor y nuestra dignidad en alto...

Naaa, mentira, acaso se lo creyeron, eramos un grupo de locos arriesgando su vida para vengar las injusticias de una lacra que merecía ser aniquilada.

Para algunos era una total locura, pero para nosotros era lo mas conveniente.

Muchos se lo dejarían al "karma" pero saben una cosa, el karma es una total mierda que sólo se cumple cuando tiene que cagarte la vida a ti, a los demás no les hace nada.

Nos adentramos al lago, solo eran como unos trecientos metros hasta llegar a tierra, solo sería unas pocas brasadas y listo.

El agua estaba helada, era como cientos de cuchillos filosos pasaban rosando tu piel, era insoportable.

Sentí como algo rozo mi pierna derecha haciéndome templar de terror, podía haber cualquier cosa debajo de nosotros y halarnos, si morimos aquí, nada valdrá la pena, sentí como una mano subía por mi pierna, mire por todos los lados para ver si era alguno de los chicos, pero no, no era nada.

Cuando voltee para el frente me encontré con una persona sin rostro, era una mujer, su cabello negro era largo y cubría sus orejas, pero no tenia nada mas, no tenía ni ojos, ni boca, ni nariz, ni cejas, su cara estaba vacía, era de verdad espantoso.

Esta levantó una de sus manos, en ella habían unas uñas largas, eran como garras, por un segundo pensé que me atacaría, pero mis ojos se llenaron de sorpresa al ver como ella se hacia una boca con una de sus uñas.

Si, una boca, pude ver como ella desgarraba esa parte de su cara, como la piel se iba quedando en su uña y como la sangre bajaba por sus dedos y cuello, era algo... Inexplicable.

- no sigas- dijo la mujer sin rostro.

- que? - pregunte aturdida, aun no superaba mi sock.

- que no sigas- respondió escupiendo un poco de su sangre, haciendo que callera en mi cara, haciendo que casi vomitara por el hasco.

- por que?

- lo que veras haya dentro hará que firmes la sentencia de muerte de todos ellos, he visto tu corazón y se tus intenciones...

- quien eres tu?- pregunté aturdida.

- yo soy Devora, soy la guardiana de este lago, soy quien unde a las personas aquí, puedo jugar con sus mentes, sacar a flote sus más profundos miesdos y deceos, puedo engañarlos hasta llevarlos a su final- dice curvando su herida o boca en una sonriza.

Eternamente(Editando)Where stories live. Discover now