UN DÍA DE MUERTOS EN EL PANTEÓN DE ORIENTE Y LA CIUDAD DE DURANGO

516 2 0
                                    

En el candelario religioso de la iglesia católica está definido y establecido la celebración del Día de finados o Día de los fieles difuntos, el 2 de noviembre de cada año; fecha en la cual se realiza en la que se realiza una gran romería en cada uno de los panteones de México y naturalmente en la ciudad de Durango, celebración que arranca de tiempos remotos, muncho antes de la conquista, y posiblemente, por coincidencia o casualidad llegó a unirse íntimamente a las costumbres indígenas prehispánicas en las cuales se rendía culto a los muertos.

En algunas de la entidades de la república Mexicana ubicadas en las que se consideraba como Mesoamérica , la costumbre de poner altar u ofrenda a los muertos es una tradición muy arraigada y en algunas poblaciones del sur de la república Mexicana como: la cuidad de iguala guerrero, Cuernavaca Morelos y otras la ofrenda a los muertos el día 2 de noviembre de cada año no puede faltar y, en la mayoría de las tumbas, los altares son hermosos y las ofrendas significativas que provocan la reflexión de quienes la ponen y quienes las contemplan.

En la ciudad de Durango, la costumbre de ponerles ofrenda o altar a los muertos nunca ha existido y hace unos 10 años a la fecha se empezó a manifestar por su belleza y el contenido de su mensaje, de tal manera que la celebración del Día de muertos en el planteo de oriente d la ciudad de Durango no se manifiesta con ofrenda o altar de muertos pero si, con una fuerte y devota romería que se inicia desde el 30 de octubre, se consolida el día de noviembre el día 2 días de los fieles difuntos, alcanza su plena magnitud.

Se cuenta por cientos de miles de personas la que se concentraban en las calles aledañas al panteón, tratando todos de penetrar al recinto sagrado de la mansión del reposo al mismo tiempo.

En el exterior del panteón, por las calles 5 de febrero al sur, maría bayona al oriente y Everardo tamiz al norte el transito se congestiona vehículos y familias completas integradas por abuelos, padres e hijos invaden ambas calles y hacen difícil, muy difícil el acceso al interior del panteón.

Todo un depósito de seguridad vial y policial preventiva resguarda y trata de conservar el orden en los cuatro costados del planteo de oriente que se encuentran invadidos de puestos donde se venden millones de flores de distintas clases, colores y precio. En el inmenso mercado de flores se encuentran desde orquídeas importadas de alto precio, rosas de la mejor calidad, gladiolas, gardenias, nardos, claveles, grisantes, capa de obispo, nube, panalillo y sin faltar el oloroso siempre amarillo y muy bello cempasúchil conocido en el norte de México simplemente como cempoal.

Las tumbas en el interior del recinto funerario, sin despojarse de su tradicional aspecto fúnebre y melancólico propio de los muertos; lucen bellas vestidas todas con flores de colores y adornadas con la presencia de la familia que se congrega a ese lugar para rendir culto de visita personal a los seres queridos que en ese sitio descansan para siempre, durmiendo en el suelo de la eternidad.

De esta manera en día de muertos en el panteón de oriente de la ciudad de Durango se convierte en un día de fiesta para este recinto, porque no tiene por qué ser un día triste ni melancólico sino alegre y bello, porque es el único día de año que nos reunimos los vivos con los muertos en una unió espiritual y solemne que se convierte en convivencia de vivos y muertos.

Muchas evidencias existen que los muertos visitan a los muertos aun en presencia de los vivos y en el planteo de oriente de Durango se dio este caso:

Una persona cuyo nombre nos reservamos por respeto, tuvo dos hijos los cuales a temprana edad tuvieron que ausentarse de la ciudad de Durango y se radicaron en la ciudad de México. Nunca tuvieron comunicación con su padre ya anciano y, un día de muertos 2 de noviembre de 1958, don Jesús de la torre, panteonero y administrador de la mansión del reposo en ese tiempo, cuando por casualidad pasa cerca de la tumba de la persona cuyo nombre omitimos, encontró que uno de los hijos que hay descansaba colocaba un ramo de flores grandes y frescas sobre la modesta lapida de la persona que ha de descansa.

Sorprendido saludo al muchacho diciéndole:

-¿Qué milagro juan que andas por aquí?:

Juan contesto: - vengo a traerle flores a mi papa que desde que me fui no volví a visitarlo en vida y ahora vengo a pagarle mi prolongada ausencia.

Paso aproximadamente una hora y don José se encontraba en las oficinas administrativas del panteón cuando a ese lugar llego pedro, hermano de juan quien llevaba un ramo de flores en la mano y le fue a pedir a don Jesús que por favor le enseñara el lugar de reposo de su padre.

Don José de inmediato lo llevo a la tumba y al enseñársela, advirtió que pedro se sorprendió a ¿de mirar las flore y pregunto?.....- ¿Quién le trajo flores a mi papa?

- Tu hermano juan, le contesto don Jesús.

Pedro sorprendido soltó las flores que cayeron desordenadamente sobre la tumba de su padre y él dijo: no es posible son Jesús.... juan hace seis meses que murió.... y prorrumpió en llanto.

Don Jesús no le contesto, trato de calmarlo y cambiar la plática.

El muchacho llorando copiosamente le dijo a don Jesús.... ¿se fijó bien don Jesús? Don Jesús serenamente contesto.

- Claro que me fije bien, porque los conozco desde que nacieron y con tu padre conserve buena amistad siempre.

Don Jesús, se despido del visitante, le dio un abrazo, se retiró y no quiso abundar sobre lo sucedido.

Ama me lo conto don Jesús con muchas reservas y me pidió no manejar nombres.

Leyendas y Relatos del Durango Antiguo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora