Sangre.

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- ¡No! ¡No! ¡No! ¡Por favor! - Grité al ver como el doctor se acercaba con una jeringuilla -.

- Cálmate, Stiles. Tenemos que sacarte algo de sangre - Murmuró Melissa -No te dolerá.

Negué con mi cabeza y me levanté rápidamente de la camilla. 

- No vais a pincharme - Murmuré seriamente, señalando a Melissa con el dedo - Hacedme las pruebas que queráis, pero nada de pinchazos. 

Melissa rodó los ojos, y levantó sus cejas antes de responderme.

- ¿Quieres que lo haga yo? - Preguntó tratando de tranquilizarme - Ni lo notarás, Stiles.

- ¡Que no! - Grité de nuevo sacudiendo mi cabeza - Nos podemos tirar así todo el día. 

- Está bien - Murmuró dando un paso atrás - No me has dejado otra opción.

Alcé mis cejas al ver como se puso a caminar hacia la puerta decidida. 

- ¿Que vas a hacer? - Pregunté alzando una ceja -.

Me llevé las manos a la cabeza al ver como abría la puerta y desparecía.

- ¿Un chico cómo tú tiene que montar este circo por un pinchazo? - Preguntó el doctor mirándome - ¿Que eres un niño pequeño? 

- Algo así - Murmuré dando un paso atrás al ver cómo se acercaba a mí - ¡No te acerques!

- Es vergonzoso - Murmuró el doctor - Debería darte vergüenza.

- ¿Te pagan por intentar convencer a la gente o algo? - Pregunté mirándolo mal - ¿No hay otra gente a la que puedas apuñalar con eso? 

El médico se echó a reír. Seguidamente, Melissa entró de nuevo por la puerta sonriendo.

- No me has dejado otra opción, Stiles - Murmuró colocándose a un lado de la puerta -.

Al momento, mi padre y Scott entraron por la puerta.

- Ni de coña - Murmuré mirando mal a Melissa - Los has traído creyendo que me sentaría y me dejaría sacar sangre¿Verdad? 

- No, los he traído para que te sujeten - Respondió riéndose -.

- Si me ponéis una mano encima - Murmuré al ver como se acercaban Scott y mi padre - Si me ponéis la mano encima y me hacéis esto os acordaréis de mí. 

De poco sirvieron mis palabras. Mi padre, me agarró del brazo, con la cara colorada como un tomate y de un tirón me sentó en la camilla. Rápidamente Scott me agarró el otro brazo y me sujeto con fuerza.

Comencé a patalear, tratando de lograr que me soltaran, pero me resultaba imposible. Me tenían bien agarrado.

- ¡Esto es denunciable seguro! - Grité mirando a mi padre -.

- Adelante, cuando salgas de aquí ve a poner la denuncia - Murmuró mi padre - Seguro que el Sheriff te atiende encantado...

- Scott... - Murmuré al ver que razonar con mi padre, era imposible - Suéltame...

- La pena no te va a funcionar conmigo - Murmuró Scott mirándome - Al menos en esta situación.

Al escuchar a Scott, centré mi mirada en Melissa y arrugué el morro.

- Y yo creía que tu eras buena persona, Melissa. Que decepción...

- ¡Cierra el pico Stiles! - Ordenó mi padre mirándome - Acabemos ya con esto. 

El doctor asintió y se acercó a mí mirándome fijamente. La sonrisa que se dibujaba en sus labios me ponía enfermo.

- ¿Estás listo? - Preguntó mirándome -.

Zarandeé mi cuerpo al ver cómo la jeringuilla se acercaba peligrosamente a mi brazo. 

- Harían falta unas cadenas para inmovilizar a este chico - Murmuró Melissa mirando a Scott -.

Todos comenzaron a reírse, excepto el doctor, que no captaba la broma, ya que no sabía para que usábamos las cadenas, y yo, que estaba esperando un milagro que me salvara.

El milagro nunca llegó.

Cogí aire con fuerza al sentir como la aguja se hundía en mi piel y arrugué el morro con fuerza quejándome.

- Hijo de p.... 

Paré de hablar al sentir como mi padre apretaba mi brazo más de la cuenta.

- ¿Ves cómo no es nada? - Murmuró sonriendo y levantando una ceja - Aún queda un poco, pero ya no te duele ¿Verdad?

Poco a poco, dirigí mi mirada hacia el brazo y sacudí la cabeza al ver como el doctor seguía extrayendo sangre.

Seguidamente, miré a Scott a los ojos y sonreí.

- ¿Eres capaz de oler la sangre? Yo sí - Murmuré en voz baja - Y creo que voy a desmayarme, Scott.

Y así fue. No tardé ni un segundo en perder el conocimiento.

Abrí los ojos de nuevo. Se sentía bien, poder volver a controlar el cuerpo de aquel chico. Tomé una gran bocanada de aire y comencé a reírme a carcajadas.

- Creo que está delirando.

Me incorporé sobre la camilla y observé al muchacho hablando por teléfono. 

- Te llamo en un rato, ya se ha despertado - Murmuró en voz baja -.

No tardó un segundo en plantarse frente a mí.

- ¿Cómo estás Stiles? - Preguntó llevando su mano a mi mejilla -.

- ¿Pretendes que esté bien después de lo que has hecho Scott? - Pregunté alzando una ceja -.

- Venga ya, Stiles, tenía que hacerlo... ¿Estás cabreado? 

- Que va, pero me apetece levantarme, y caminar. ¿Vas a dejar que me levante y que camine un poco Scott? 

Scott asintió y me ofreció su mano, sonriendo.

Agarré su mano con fuerza y me puse en pié. Caminé en círculos a su alrededor, mirándolo fijamente, y levemente lo empujé hacia la pared. Me acerqué a el sonriendo y agarré su barbilla. Al momento agarró mi cintura con sus manos y me miró sonriendo.

- Me alegra que no te hayas enfadado, Stiles.

- ¿Verdad? - Murmuré sonriente colocando mis manos a ambos lados de su cabeza - ¿Como iba a estar enfadado? Si no habéis hecho nada malo, Scott. Era por mi bien.

Scott asintió, sonriente y apretó mi cintura con fuerza.

- Por tu bien. Me alegra que lo entiendas.

Asentí sonriendo, mientras me acercaba a él para besar sus labios.

- Que te jodan - Susurré mirándolo-.

Antes de que pudiera reaccionar, golpeé su cabeza contra la pared con fuerza.

Scott cayó al suelo al momento. Podría haberlo matado, pero me resultaba más divertido hacerlo cuando estuviera consciente. 

Rápidamente, salí de la habitación, y caminé hasta la salida del hospital. 

Ahora, sólo tenía que ajustar cuentas con Ethan, antes de seguir con mi plan.


En llamas(Sciles).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora