Apocalipsis zombie.
No es ficción, es la vida real.
Donde conoces a personas quienes se vuelven parte importante para ti, pero luego con el pasar del tiempo desaparecen.
Sin embargo, siempre tengo en cuenta y sé que debo seguir mis instintos, mi cam...
Frente a nosotros está el río Mississippi. Hay un bote, eso nos ayudará a cruzar el río. Pero antes tenemos que matar a los zombies que están aquí.
— Bien, vamos -indica Roberta.
Los demás caminan, excepto Murphy y yo. Javier voltea a vernos.
— ¿No ayudarás, Murphy?
— ¡Claro que no! por cierto... no sé nadar.
Javier suspira jodido. En unos 5 minutos los demás se han encargado de aquellos zombies, y encontraron a un hombre en el bote, quien es el dueño de este. Con los infalibles métodos de Javier, quien trata de animarme, hace que el sujeto nos lleve al sur, a Memphis...
— Oigan creo que los conozco -ya vamos por el río y Doc se refiere a unos sujetos que vienen hacia nosotros en un pequeño bote inflable.
Todos los demás se ponen a ver, menos Jared, Lorena y yo. No nos interesa.
— Hubiese sido bonito esto antes del Apocalipsis -comenta mi novio llamando mi atención y la de mi hermana- te hubiese conocido y te hubiese traído a un paseo romántico en bote, así como ahora, solo que sin preocuparnos por los zombies -sonríe.
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— Eso hubiese sido perfecto -le digo mirándolo a los ojos.
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— Todo era mejor antes -dice mi hermana acercándose más a mí para abrazarme.
Nosotros vamos a un rincón del bote, sin prestarle atención a esos sujetos que suben, un par de idiotas que no dejan de hablar. Como estoy cansada, recuesto mi cabeza en el pecho de Jared y mi hermana va sobre mis piernas...
Unos minutos más pasan y veo cómo Javier, cansado de escuchar a esos tipos, se levanta de su asiento.
— Los tiraré al agua, suficientes boberías.
— No, No, No -gritan ellos, haciendo que mi hermana y yo nos levantemos- no puedes tirarnos, ahí -señala frente a él- hay grupos de zombies río abajo. Sería como alimentar pirañas.
