Capítulo XXI

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Capítulo XXI | Lizzie.

-Debemos seguir con el trabajo, ¿no crees?-miro incrédula a Kendall por la pregunta que acaba de hacer. No estará hablando enserio, ¿verdad?

Demoramos casi una hora en llegar a su departamento desde la casa de su papá, así que deberían de ser casi las seis de la mañana y él parece estar muy fresco. Pero yo si muero de sueño y necesito dormir.

-No se en tu mundo, pero en el mío, nosotros si dormimos de madrugada. Podemos vernos otro día, todavía tenemos tiempo para terminarlo, no me jodas Kendall. -Mi intención no es sonar irritada, pero el cansancio que me corre por dentro lo desata. Escucho un resoplido por su parte.

Me quieto la bolsa que había sacado antes de salir de mi casa y la dejé en la cajonera de la habitación de Kendall, la que estaba enfrente de su cama.

-¿De qué estaban hablando tú y Judith antes de que llegara?-su pregunta salió llena de curiosidad y me sorprendí un poco.

-Ya te había dicho, de tu novia. -Expliqué, recostándome en la cama- ¿Tendrás algo que me prestes para cambiarme?

Mire al techo, pensativa, ¿Qué estoy haciendo? Me refiero a todo esto ¿Qué sucederá una vez acabemos el proyecto? No he intentado nada en Kendall porque es absurdo, cada vez que lo hago él parece soltarse y burlarse de mí.

-Mi ex-novia. -me corrige. No puedo ver sus gestos pero supongo que debe estar frunciendo el ceño y tenso. -Puedo prestarte una camiseta, pero me la devuelves, todavía me debes una.

-¿Por qué tanta insistencia? ¿Crees que Judith haya mencionado algo que no debería escuchar? -inquiero, levantándome de la cama y sentarme en la orilla. Buscaba algo en su closet y sacó una playera de vestir.

-No es eso. No había llevado a casa a ninguna chica después de mi ex-novia. No pensé que estaría ahí y despierta, es fin de semana y por lo regular los tiene libres. Jud es una persona que se encariña rápido.

-Ah, ya veo. Temes decirle que solo soy un reto por tres meses y que la pobre Judith se decepcione.

No responde, pero se que le ha molestado mi respuesta. En lugar de contestar me ignora, me da la camisa y sale de la habitación. ¿Cuál es su problema? Yo lo que dije fue todita la verdad, además, él fue el que propuso esto y sacó el tema de Judith, toda fue su idea y ahora le molesta que se lo reclame o ¿es que había algo más de lo qué no me he enterado?

Por supuesto que ni me molesté en esperarlo, su temperamento me importa muy poco a estas horas de la madrugada y no estaba de humor para soportarlo, así que, fui directo a la cama de Kendall para caer en un profundo sueño.

Mi sueño fantástico y placentero fue demasiado duradero para ser verdad, este fue interrumpido por un ruido que no pertenecía a este cuarto. Abrí mis ojos para cerciorarme que seguía en el cuarto de Kendall y definitivamente, aquí me encontraba. No supe a qué horas llegó o si durmió aquí, pero de qué había llegado lo había hecho, porque los ruidos me han despertado.

No me moleste en vestirme, seguramente es Carter y él ya me ha visto así. Pero si es Brayden entonces sí sería vergonzoso porque es el novio de mi amiga y no sabría que decir.

Salí de la habitación y me dirigí al pasillo para regresar a la entrada y saber de dónde provenían aquellos gritos.

-¿Así que es por ella, no? Después de todo, los rumores son ciertos. -me detengo en seco cuando la voz de una mujer se escucha en la entrada.

-¿A qué viene todo esto Daianna? No me vengas con tus reproches ahora cuando creí qué...

-Que había muerto sí. - interrumpe, ella. Daianna Warren, ese nombre, así que ella está aquí.

Seduciéndote ©Where stories live. Discover now