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- Celosillo - río pinchándole con el dedo en las costillas y él se aparta con una sonrisa.

- ¿ Vas a dormir con eso ? - pregunta mirando mi ropa y enseguida noto un pinchazo en la cabeza, lo que me recuerda que sigo estando bajo los efectos del suero.

- ¿ Tienes algo que prestarme ? - miro a la vez que él entre las baldas de su armario.

- Mmm... puedo dejarte una de mis camisetas grandes - resuelve sacando la prenda, por supuesto de color negro, y tendiéndola en la cama.

Aprovechando que sigue buscando en el armario, le aviso para que no se de la vuelta y me cambio aquí mismo en un "plis-plas" .

- Lista.

Eric se cruza de brazos y frunce el ceño.

- No tengo pijama.

- ¿ En qué duermes, entonces ? - suelto una risa sentándome en la cama divertida.

- Ropa interior - se gira para mirarme y alza una ceja juguetón- ¿ Te molesta ?

- Bueno, por mi puedes dormir solo con los pantalones - respondo casi instantaneamente, y me llevo las manos a la boca maldiciendo en voz alta el suero de la Verdad.

- Gracias por la invitación - Eric hace una ridícula reverencia, que hace que yo estalle en carcajadas.

Me tumbo en la cama y él hace lo mismo de un salto, así que me giro para poder quedar cara a cara.

Trago saliva nerviosa.

Estamos tan cerca que puedo notar su respiración en mi cuello, erizándome la piel, y su nariz está tan pegada a la mía que casi podrían tocarse.

- En realidad, esto puede ser como un juego. Como ese de Osadía o Verdad, creo que lo conoces.

Asiento escuchándolo embelesada. Solo puedo estar atenta a como sus labios se mueven para formar palabras.

- Sólo que tú siempre elegirás verdad.

Lo miro saliendo de mi ensimismamiento, y lo advierto con algo de miedo.

- Ni se te ocurra aprovecharte para hacer preguntas, Eric.

Él sonríe alzando las cejas, y sé que no me hará ni caso.

- Trataré de hacer el menor número de ellas posible- me promete, y frunzo el ceño resignada. Siempre será mejor que solo me escuche él a que lo haga todo un dormitorio de iniciados - ¿ Tienes miedo de Jeanine ?

- Pregunta absurda, claro que sí.

- ¿ Te culpas de la muerte de tu hermano ?

- Sé que podría haber hecho algo más.

- ¿ Tienes miedo de enfrentarte a ella ?

- Siempre lo he tenido, es tan fría y calculadora que parece alguien sin sentimientos humanos.

- ¿ Cómo me consideras ?  Al Eric actual, me refiero.

-Bueno, obviamente eres más duro y... un poco cruel, para qué negarlo, pero sé que no eres como intentas demostrarle a todo el mundo. En el fondo, lo que piensen los demás de ti te afecta, y solo te cierras en ti mismo porque temes que te hagan daño. No eres tan diferente al Eric que conocí. Aunque sí mucho mas sexy - admito en un último momento y él se echa a reír, mientras yo reprendo a mis pensamientos.

Él deja de hacer preguntas por el momento, y me limito a observar todos sus detalles. Sus ojos parecen brillar en la oscuridad, irrumpida solo por la luz de la luna y las estrellas.

Me estremezco al sentir sus dedos acariciar la piel de mis brazos, deslizándose cada vez más hacia arriba hasta acabar en mi rostro.

Suspiro lentamente y cierro los ojos, tratando de contener mis nervios.

- ¿ Crees que te molestaría que te besara ? - susurra acercándose aún más mientras me acaricia la mejilla, y abro los ojos sorprendida.

- Estoy segura de que me gustaría que lo hicieras - confieso, no sé si por mi misma o por el suelo, y él esboza una gran sonrisa.

Se acerca a mi, y entreabro los labios involuntariamente, pero los suyos se desvían a mi frente y la besa con suavidad.

- Buenas noches, Ross.

Me meto bajo las sábanas decepcionada, pero sonrío conformándome con dormir abrazada a él y con nuestras manos entrelazadas.

Por ahora, es suficiente.

Pero me sorprendo al darme cuenta de que pronto querré más.

BETRAYALWhere stories live. Discover now