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Sigo a Cuatro y a Zack a través de la maleza. Theo va cerrando la fila.

James, Shauna y Dale se han quedado para proteger la bandera, aunque desde una distancia razonable, por si en el caso de que les vieran que no estuvieran justo al lado de la bandera.

Cuatro levanta el puño, y nos detenemos detrás de él.

- Esto no tiene sentido, no vamos a recorrernos toda la ciudad buscando - susurra y asentimos dándole la razón.

- ¿ Dónde pueden haberla escondido ? - sopesa Zack.

- Mas bien, ¿ dónde la escondería Eric ? - le corrige Dale.

En seguida, mi mente comienza a trabajar.

Y recuerdo el escondite que usábamos para guardar todas nuestras cosas, cosas que no queríamos que nadie encontrara jamás.

Pero él sabe que yo pensaría en eso. ¿ La escondería allí a propósito ?

- Creo que sé dónde puede estar, aunque lo más probable es que ya estén esperándonos- comento en voz baja.

Los otros tres se miran entre sí y se encogen de hombros.

- Tú primero, iniciada - señala Cuatro, e inicio la marcha camino de las afueras de Erudición, con sus pies pisándome los talones.

(...)

Estamos llegando al bosque, aunque no recuerdo qué árbol era. Hay muchos con hueco, pero sólo puede ser uno.

- Se supone que tiene que estar por aquí - les alerto, sin molestarme en susurrar, pensando que nadie me escuchará.

Eso es un error.

Chillo adolorida mientras caigo al suelo, y aprieto los ojos para amortiguar el dolor.

En seguida, a mi alrededor se forma el campo de batalla, pero gracias a dios, entre los tres consiguen sacarme y esconderme entre los árboles.

Me cubren por unos minutos, hasta que el dolor se disipa y me levanto.

- Tenemos que capturar a alguien que nos diga el sitio con exactitud - sugiere Dale, y nos ponemos de acuerdo para avanzar entre los árboles.

A una señal de Cuatro, nos dividimos en dos grupos, yo con él y Dale con Zack.

Ellos se encargarán de sacarle la información a un iniciado del bando opuesto, mientras que Cuatro y yo, que tenemos mejor puntería, nos limitaremos a deshacernos de cuantos enemigos podamos.

- Muévete, quiero encontrar a Eric - me urge él, y lo sigo a toda velocidad, disparando mientras corro.

Cuatro se aparta rápidamente al ver una sombra, y tiene suerte, porque el dardo se incrusta en el árbol de detrás con un débil chasquido.

- ¡ Muy rápido, Cuatro ! - elogia Eric protegiéndose detrás de la corteza.

Por un momento, me entran ganas de molerlo a disparos, por todo lo que me ha hecho pasar.

Pero cuando tras un tiempo en el que mis instructores se dedican a esquivar los disparos del otro, Eric recibe uno en el pie, que se había asomado en un descuido, y cae al suelo quedando al descubierto, ya no pienso lo mismo.

Cuatro dispara evidentemente feliz mientras se acerca, y Eric suelta otro alarido de dolor.

- Me parece que ya sabemos quien va a ganar este año - sonríe orgulloso, y después me mira confundido alzando una ceja, al ver que yo me he quedado mirando.

- ¿ Seguimos ?

Me muerdo el labio dudosa y clavo la vista en Eric, que se retuerce en el suelo, y niego con la cabeza. Mis entrañas se sacuden violentamente al verlo sufrir, y no soy capaz de dejarle allí tirado.

- Me quedaré, si no te importa.

Cuatro parece extrañado, pero se encoge de hombros y sigue solo.

Me cuelgo el arma sobre el pecho y me agacho junto a Eric, que aprieta los dientes para contener sus gritos.

Suspiro y alargo la mano para sacarle los dardos. Él la coge bruscamente, apretando mi muñeca, mirándome con ojos asustados. Se cree que voy a atacarle.

Sonrío inconscientemente y le dirigo una mirada apaciguadora.

- Tranquilo. No voy a hacerte daño, solo voy a sacarte eso - los señalo con la cabeza, y él vuelve a recostar su cabeza en el suelo con un resoplido, haciendo un gesto de aprobación. Cojo los dos dardos, y tras tomar una bocanada de aire, tiro de ellos hacia arriba con rapidez, intentando no escuchar el sonido que hacen al rasgar su piel.

- Podrías haber avisado - sisea con los dientes apretados.

- Es mejor de imprevisto - me excuso con una sonrisilla - Lo siento. ¿ Aún te duele ?

Él se encoje de hombros, lo que interpreto por un sí.

- Espera, no te muevas - le aviso, y me levanto mirando a mi alrededor. Ahora mismo, agradezco haber pertenecido a Erudición ; conozco todas las plantas que me rodean, y sé de una que puede aliviar el dolor- Toma, póntela debajo de la lengua. Sé que no es muy agradable, pero te ayudará.

- ¿ Quieres que me meta una maldita hoja en la boca, iniciada ? - me mira alzando las cejas claramente asqueado.

- Contiene salicina, que se transforma en ácido salicílico en el organismo, inhibiendo las prostaglandinas y reduciendo por lo tanto la sensación de dolor- le explico, y después le dirijo una mirada furiosa y replico - Así que sí, quiero que te pongas una p*ta hoja en la boca, a no ser que quieras seguir sufriendo durante cinco minutos más, cosa que, honestamente, no me importaría, puesto que es lo que te mereces.

Y dejándole con la palabra en la boca,sin aún saber de dónde he sacado el valor para decirle eso, corro hacia mi equipo entre risas, que está congregado alrededor de Theo, quien sostiene una brillante bandera en alto por encima de sus cabezas.

El día no puede haber acabado mejor.

BETRAYALWhere stories live. Discover now