Capítulo cuatro

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Aquel día con Arthur era lo que necesitaba, realmente lo repuso, no como aquel intento de Dirk.

Seguía sin agradarle, aún con su gran intento de agradar a su mejor trabajador y con quien tiene que trabajar día tras día, no tenía más que fingir, pero al menos ya tenía tiempo con Arthur.

Ese día fue sólo para ellos y ya, pasó demasiado rápido para ellos, aquella salida a ver una película que tanto deseaban ver, el almuerzo en un restaurante y para acabar de fiesta el resto del día, para acabar en una jaquea del día siguiente, pero tan felices de pasarla con el otro.

Obviamente al día siguiente debía trabajar, no podía faltar al trabajo por algo así, luego tendría que dar explicaciones y no estaba para contar su vida.

Al llegar le llegó mensaje desde el lider de las reuniones para dar fecha exacta y la petición de entregas de informes a fin de semana... pero... Dirk se debió de encargar de ello antes del fin de mes.

No podía creer al idiota de Dirk no podía trabajar por sí mismo, no aguantó la desesperacion, él sería responsable de igual manera que el.

Dirk llegó alegre y apurado, pero Sam no pudo aguantarlo.

-¡¿que te pasa?! ¡¿acaso no me haces caso nunca?!-gritó apenas este salió del ascensor.

-... calmate ¿de que hablas?-

-¿no lo recordaste? Estamos atrasados en la fecha de entrega del informe general de la empresa, las perdidas del mes, las ventas generales en la localidad, ¡Todo! ¡¿cómo esperas que me calme con todo esto?!-

-¿hasta cuando tenemos plazo?-

-sólo una semana y gracias a ti nadie de la empresa ha enviado la información para hacer con serteza el informe y gracias a ti que diste vacaciones a quien debía recolectar la información semanalmente-

-ya, ya-

-¡Ugh! ...-aguantó las ganas de ahorcarlo y respiró profundamente para botar una bocanada de aire- te harás responsable de todo esto, hoy te quedarás y harás todo lo que debiste hacer durante todo el mes-dijo directo.

-pero tengo una cita mañana y no se que hacer en esto ¿que esperas que haga así? Si me pones a una de nuestras bellas trabajadoras para que me ayude, puede que lo haga -

-¡No me pongas excusas! Por algo tú eres el jefe ¿no?- dejó de verle a la cara porque sentía que iba a decir algo que no venía al tema.

-...¿y eso que? ¿en serio crees que se de esto? ¡Yo no deseaba trabajar aquí! ¡Mi padre me obligó! Por mi que tú te quedaras con el trabajo si tanto lo deseabas... pero... si no cumplo... no podré seguir viviendo en una de las tantas casas de mi padre... no podré seguir con esto, no puedo-se veía deprimido, Sam lo miró sorprendido aquel hombre tal parecia tener algo de sentimientos.

El silencio tortuoso se hizo presente, ¿que más podía hacer? ¿estaba mal? Sam se cuestionaba todo ello por aquel hombre con mente de pequeño.

-te ayudaré ¿si? Pero te pido que te tomes en serio cuando te digo que hagas las cosas, te enseñaré-

-¡Gracias!-gritó tirandose encima de él en un abrazo al punto de querer llorar- ¡Te subiré el sueldo! ¡en serio gracias!- Sam lo alejó cuando terminó de hablar, no era un niñero.

Y tal como la palabra de Sam se quedaron esa tarde, Dirk hacía su mayor esfuerzo por no cuestionar y hacer lo que debía.

Pero no bastó sólo un día de trabajo, fueron más de cinco días hasta las 11 de la noche, en esas largas noches Dirk se veía agotado, Sam no podía evitar reírse de él, le agradaba más así.

Cuando intentaba hacer algo solo, cuando pedía su ayuda y se esforzaba en comprender, pero Sam le tomó bastante tiempo para que entendiera.

Estaba feliz, el tenerlo atento a todo lo que pedía, su aumento de sueldo y por tanto se callaron las peleas familiares. Aunque no tuviera el cargo de jefe ganaba bastante para conformarse y el placer de verlo derrotado por alguien de menor cargo.

Un bostezo de entre muchos de la tarde, esta vez dado por Sam.

-esta bien si dejamos las clases hasta hoy-dijo al acabar de bostezar- disfruta de el día libre, acabamos el informe y esta enviado-

-¡Wow! ¡Al fin!-gritó aliviado.

-exageras, esto te lo pudiste haber evitado esto si me hubieras hecho caso, bobo-

-ya da igual, entendí la lección-dijo feliz- ¿que dices si salimos hoy a beber? -

-nunca dejas el festejo ¿no? Lo siento, mañana saldré con mi hijita y debo despertar temprano-

-¿tienes hijos?-

-¡Claro que los tengo! Mira-sacó su celular y abrió la galería mostrando una foto de su familia.

-...vaya, nunca pensé que tú llamarías la atención de una mujer-

-¡Hey!-gritó pegandole.

-perdona, es que con lo amargado que eres...-

-que sepas soy agradable cuando quiera-

-claro, claro-

-pesado, ya me voy, adiós-

-te llevo-

-no es necesario, puedo irme solo-

-es una orden-

-tsk... bien, como quieras-suspiró.

Se subieron al auto de Dirk y partieron.

-oye, ¿que es lo que quieres hacer en tu vida?-preguntó Sam, la curiosidad le ganó.

-...a decir verdad no lo se, ¿y tu? ¿realmente deseabas trabajar en esto?-

-...pues... si, supongo-

-¿supongo?-

-...es que en principio fue porque tenía que conseguir un trabajo rápido por mi esposa, estaba embarazada y yo aún no terminaba mi carrera, al final la acabe, pero seguí en la compañía... bueno, adiós y gracias por traerme-dijo sonriendole y se bajó, no deseaba hablar más.

Al entrar iba a ir a la cocina por algo de comer, entonces vio a su pequeña dormida en el sofa.

-Mary...hey, despierta-dijo sonriente, esta poco a poco despertó y sonrió abrazandolo.

-hola papi-dijo feliz.

-¿que hacías dormida aquí?-

-quería mostrarte esto-dijo dando un papel.

-a ver-Sam abrió el papel y vió el dibujo, para tener sólo 8 años tenía talento para el dibujo, eran él y ella abrazados- vaya, esta muy lindo Mary-

-gracias, ¿estás cansado?-

-no tanto, ¿quieres que te haga algo de comer?-

-no quiero molestarte-

-no me molesta-fue con ella a la cocina y prepararon algo ambos.

Se sentaron a comer juntos y luego de comer en silencio Marie habló- gracias, mamá salió con sus amigas y no nos dejó de comer... bueno sí, pero Ariel se lo comió-

-pero hija ¿no le dijiste nada?-

-por mi esta bien-

-no lo esta, no quiero que pases hambre-dijo levemente molesto, pero no con ella sino con Ariel, su hijo y su esposa Karla- vámonos a dormir, tenemos que descansar para mañana, nuestro día juntos-la tomó en brazos y la llevó a su cuarto.

La acurrucó y le dió el beso de dulces sueños. Al salir dejó salir todo el cansancio y al momento que llegó a su cama se lanzó a dormir, no podía evitar sacar lo mejor de si hasta cuando llegaba de trabajar, sólo por su pequeña Marie.

Cuidando Al Maldito De Mi Jefe ♢Yaoi/Gay♢Where stories live. Discover now