Capítulo tres

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El día fue devastador para Sam, ese día donde inició con el pie izquierdo.

Sus hijos se levantaron tarde y tuvo que llevarlos a la escuela, mientras su esposa deseaba desahogar su rabia y frustración con alguien y siempre era Sam, estuvo hasta ya las 9:35 a.m. haciendo todo lo de su familia hasta ir al trabajo, vio que su jefe estaba curioseando por el piso, hablando con la secretaria, sólo pasó derecho evitándolo a toda costa, pero ¿de que servía si sus salas de trabajo estaban al lado una de otra?

-oye Sam ¿estás bien?-preguntó mirándolo y llegando a su oficina.

-...si-dijo aguantando las ganas de maldecir a todo quien le hablara para luego arrepentirse como siempre.

-¡Ten! Te servirá para terminar el trabajo para mañana-dijo tranquilamente dandole una lata fría de energizante.

-¡¿que?!-gritó al oír el trabajo, ese que le repetía miles de veces lo hiciera él, pero tal parecía a sólo días de entregar el informe para las compañías con las cuales tenían un contrato, aquel día donde debían ir a presentarse a la reunión que era mensual.

-ya sabes, yo hago como si lo hiciera, tú lo haces por mi y todos felices-

-...¡Ya estoy hasta el colmo! ¡Tú maldita basura de mierda no tienes porque dejarme todo el maldito trabajo! ¡¿acaso no sabes hacer tú trabajo?! ¡Porque me lo esperaría del hijito de papá, bueno para nada que no hace más que coquetear hasta a la más perra!-Al acabar de gritar lo miró en shock, no esperó que este reaccionara y fue a la sala de descanso con vista al cielo, le gustaba y lo calmaba, pero realmente iba cuando no podía más.

Odiaba su vida, su familia y su trabajo, hacía todo ¿y que recibía? un hijo malcriado, una esposa que no hace más que gastar y salir para divertirse, un jefe que no hace más que actuar como un adolescente, unos sueños destrozados por la realidad...¿realmente que esperaba? No todo es un cuento de hadas, pero tampoco tenía que excederse la crueldad con él.

-Carter-lo llamó alguien atrás suyo, este se volteó a mala gana y vio queriendo enterrarse en la tierra a Dirk, se veía aun desconcertado.

-...discúlpame-

-no, no tranquilo, sólo me preocupaste, ¿estás tan mal?-

-por favor ve a trabajar... mira si quieres despedirme hablamos más tarde, no me importa ya si deseas reemplazarme por una chica haz lo que quieras-

-¿lo que quiera?-

-sí-

-...entonces te ordeno venir conmigo-dijo serio, Sam lo miró desconcertado, terminó siendo obligado a ir, no podía ser tan cruel con el único que recibió su rabia acumulada y no le hizo nada, esas palabras que gritó se llevaron todos los sentimientos para dejar solo la tristeza y melancolía.

Llegaron en auto a un restaurante, fue llevado hasta una mesa por Dirk y este campante con una sonrisa en comparación a él.

-bienvenidos, señor Dirk no sabía que le iba a ambos lados-dijo el camarero riendo.

-no, no-respondió riendo-él es el vicepresidente de la empresa donde trabajo, quiero alentarlo un poco así que trae la especialidad de la casa y el mejor trago que tengas-dijo sin mirar la carta.

Sam ya suponía que se conocían pues Dirk salía con las empleadas, creían que estaba con él en una cita, deseaba no haberse dejado arrastrar por ese, lo odiaba, sí y mucho, demasiado, pero seguía sintiéndose mal por decirle eso, seguía con ello de ser un caballero.

Trajeron la comida y Sam sólo se dedicó a ver el plato por largo rato hasta empezar a comer por la incómoda mirada de Dirk, pero esta no desapareció.

-no entiendo para que me traes aquí-dijo Sam rompiendo el silencio.

-quiero conocerte, en el trabajo no me hablas más que para arruinar el momento con mis bellas trabajadoras-

A Sam le dió un tic en el ojo izquierdo de sólo recordarlo- bien, entérate que existe una diferencia en trabajo y tus deseos, no quiero aguantar a alguien que no lo distingue-

-curioso, mi secretaria me decía que tú y mi viejo estaban super apegados el uno al otro que hasta creía verlos ir al baño, en toda la compañía se creía que tú y él...-

-¡¿que?! ¡NO! no no no no no- gritó rojo de vergüenza- ¡Somos amigos!-

-claro claro te creo... pero eso explica el porque estas recentido conmigo sin conocerme-

-...-suspiró pesadamente y lo miro directamente a la cara- quizá es porque yo realmente la pasaba bien con él, me divertía y hasta trabajábamos más en mi oficina o el la suya que separados- sonrió-recuerdo que cada ciertos días íbamos ambos a algún lugar juntos a distraernos... pero ahora no estoy tanto tiempo con él por el trabajo y descargue mi rabia en ti, lo siento-

-esta bien, disculpa aceptada, dime ¿qué solían hacer?-pregunto interesado.

Logró entonces dar el primer paso, conocerse, Sam confió en Dirk y de la nada surgieron los temas esa noche, bebieron y comieron juntos, el ambiente pasó a ser cálido y agradable.

Dirk escuchó a Sam, deseaba que puediese trabajar a su 100% y eso sólo se lograba cuando este era feliz.

Se enteró de su relación de amistad con su padre, sus gustos y momentos, claro él tambien hablaba, pero algo en la voz de Sam o de él en sí lo hacía desear seguir escuchando su voz.

-dime Sam, ¿aún te desagrado?-preguntó cuando estaban a punto de irse.

-digamos que has ganado puntos-dijo en una risita- eres bastante agradable a decir verdad-

-me alegra oírte más animado ahora-

-¿lo hiciste todo esto sólo para animarme?-preguntó mirandolo a los ojos.

-sí y también porque deseaba conocerte, todos hablan de que eres como un anciano, pero que con quienes te llevas bien eres el mejor-

-bueno, yo separo el trabajo de mi vida social, pero ni tanto para que me llamen anciano-Dirk no evitó reirse por lo último.

-tranquilo, pero...mejor empieza a mezclarlas, en serio es agradable hablar y divertirte en el trabajo, tal como antes hacías, pero expandete-

-...quizá algún día, ya deberíamos irnos-

-que lastima, pero mañana no hay trabajo quizá podríamos salir-

-tengo una junta con Arthur-

-oh, bien, vamonos entonces, te llevo a tu casa-

-no, no es necesario, puedo ir solo-

-de todas formas te llevo-Dirk acabó cumpliendo su palabra, lo dejó hasta la puerta de su casa y se fue.

Sam por primera vez en esa tarde suspiro, todo lo que debía hacer para remediar su ataque de íra, aguantarlo por tantas horas fue un gran logro.

Pero se alivió a sí mismo al recordar el día de mañana, estaría al fin con Arthur.

Cuidando Al Maldito De Mi Jefe ♢Yaoi/Gay♢Kde žijí příběhy. Začni objevovat