Capítulo VI

782 60 135
                                    


     —No puedo creer que realmente vas a hacerlo.

Es difícil tomar decisiones con el estómago vacío. Y es aún más difícil cuando hay un estúpido gato observándote y juzgándote, mientras sigue leyendo la carta de Cunningham una y otra vez. Sé que a él le molesta la falta de interés que demuestro ante sus reclamos, pero es que a mí me parece más importante servir el tazón de avena para poder tomar el desayuno en paz.

—Sólo quiero obtener respuestas.

—Creo que ya hemos visto los daños que puede causar la curiosidad —interviene Lucario, como si alguien hubiese pedido su opinión.

—Es mejor saber la verdad, por más oscura o inadecuada que ésta pueda ser —le respondo—. Piénsalo por un momento. Si Itou no nos hubiese dicho lo que estaba sucediendo con la misión de la Elite, nosotros jamás lo hubiésemos sabido.

— ¡Yo intenté decírselos! —reclama Diamond.

—A pesar de todo, lo que sucedió fue mejor que vivir en un engaño hasta el momento en el que ellos hubiesen decidido acabar con nosotros —continúo—. La carta de Cunningham, sin embargo, está llena de...

—De mentiras —decide Diamond—. Todos los humanos como ese sujeto son despreciables.

—Iba a decir que está llena de misterios —le digo y hago una pausa para tomar un bocado de avena—. Tengo que saberlo todo. Tengo que saber por qué fue que Levitt habló de Skyler.

—Podría ser arriesgado —insiste Lucario.

—Y si así fuera, nada puede ser peor que lo que ya hemos vivido —insisto—. Además, tengo a todo un ejército de Pokemon bajo mi mando. Si Cunningham intenta...

—Ni siquiera tienes idea de lo que ese sujeto pretende hacer —insiste Diamond—. Si rechazaste ver lo que había en el pendrive que esa mujer te dio hace años, ¿por qué te empeñas tanto en seguir lo que este grupo de malnacidos te dicen?

—Porque esto es algo que tengo que descubrir. Iré a ese lugar, con o sin ti.

—Eso lo dices sólo porque sabes que voy a acompañarte —se queja Diamond—. Pero espero que te quede claro que sólo iré porque a mí también me da un poco de curiosidad ese Flareon. No tiene nada que ver contigo.

—No necesitas ocultar que te importo.

— ¡Tú no me importas! ¡Sólo estoy contigo por la comida!

Su pelaje se eriza cada vez que él levanta la voz.

Estúpido gato.

Cuando todos hemos tomado el desayuno, es hora de partir. Es un día lluvioso. Salimos del complejo de apartamentos, aún a pesar de todo en el exterior ahora se sienta distinto a lo que es en realidad. Me da la impresión de que cada persona que pasa a mi lado o que tengo frente a mí no es más que un enviado de ese hombre que está esperando a que, de alguna manera, le dé una razón para... ¿Qué? ¿Por qué me preocupo tanto? ¿Por qué alguien querría eliminarme, si no he hecho nada que pueda enfurecer a ningún mequetrefe como él?

Estoy segura de que el Jefe de la Elite pereció en aquella explosión. Ya no hay nada que tenga que temer... ¿O sí?

—Aún creo que esto es una mala idea —dice Diamond caminando a mi lado—. ¿Qué pasará si ese sujeto quiere hacerte daño?

—Tendrá que ser afortunado para lograrlo.

Desearía poder creerlo...

El campo de golf de Wallasey está totalmente vacío, a pesar de que las puertas están abiertas. Sin embargo, sé que nuestro destino no se encuentra dentro de ese lugar. Tan sólo tenemos que esperar en la acera, bajo la lluvia, mirando cómo las personas vienen y van.

Pokemon Re-Start I: ResurgimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora