Desperté muy temprano con ganas de llegar a la empresa, de camino pasé a una pastelería en la cual suelo comprar los pasteles de cumpleaños de mi hija. Compré un pastel en miniatura, lo pusieron en una caja oscura con un moño plateado.
-Buenos días. - saludé a la secretaria y entré al despacho- Buenos días. -Repetí pero esta vez a Guillermo quien estaba en su escritorio. Se puso de pie y me dio la mano como de costumbre, puse la pequeña caja en su escritorio.
-¿Y esto que es? -preguntó sonriendo.- no es mi cumpleaños.
-Lo sé, pero es tu primer mes trabajando aquí...
-Ah, muchas gracias, se ve muy bien. -Dijo al abrir la caja.
-Sabe mejor de lo que se ve.- Tomé una cucharada y la acerqué a su boca, lo saboreó.- ¿Te gustó? -asintió, dejé la cuchara. Sobre su escritorio había una caja alargada y delgada de color dorado con un moño pequeñito de color azul- ¿Y esto, quien te lo dio?
-Carmen, también recordó que hoy cumplo un mes aquí. -Carmen nunca me ha regalado nada...
La mañana transcurrió con normalidad, llamadas telefónicas, correos, un par de juntas canceladas, etcétera. Era hora de almorzar, me habría gustado salir con Guillermo por ser un día especial, pero hoy mi hija pasaría por aquí después de clases y comeríamos juntos. Seguía en mi despacho cuando alguien entró sin tocar, era Carmen quien entró directamente al escritorio de Guillermo.
-¿Estas listo, Guille? -Él lanzó una mirada a mi escritorio y ella volteó.
-Señor, disculpe, creí que... bueno usted suele estar fuera a esta hora, pense que había salido ya...
-No te preocupes, Carmen -dije restándole importancia a la situación.
-¿Me necesita para algo más? -Preguntó Guillermo.
-No, no, vayan a almorzar.
-Permiso. -Dijeron ambos y salieron. ¿Guille? no me di cuenta cuando estos dos se hicieron tan buenos amigos.
♒
-Papá, este fin de semana es el cumpleaños de Alejandra... -Dijo mi hija mientras comíamos.
-¿Quien es Alejandra?
-Mi amiga de la escuela... bueno, hará una pool party, ¿si puedo ir, verdad?
-Si tu mamá está de acuerdo, yo también.
-Mamá esta de acuerdo, solo que... -jugaba con la comida- todas usarán traje de baño, pero mamá dice que soy muy chica para usar uno, pero ya tengo 14 años... ¿Verdad que si puedo, papá?
-No veo nada de malo, son todas amigas, por mi está bien.
-Bueno... no seremos solo niñas...
-Entonces apoyo a tu madre.
-Buah -se quejó- tú y mamá son iguales... no entiendo por qué se divorciaron.
♒
-Guillermo ¿me acompañas a almorzar?
-Claro... -dudó- solo que pensaba almorzar con Carmen. Pero si usted me necesita cancelaré ese almuerzo...
-Cancélalo, por favor, necesito hablar contigo de algo importante.
-Está bien, permiso. -Salió de la oficina, un par de minutos después salí también yo.- Listo. -En el transcurso no dije nada, la noche anterior había estado pensando como decirle esto, era algo que nunca había hecho y probablemente no saldría como esperaba, pero no tenia caso dejar pasar más tiempo.
-Guillermo, has sido un buen trabajador, pero como te habrás dado cuanta, el trabajo que tu realizas puede hacerlo la secretaria, dicho fríamente... no eres necesario en mi empresa.
-¿Entonces por qué me ofreció empleo?
-Por que me interesas... no sabía cómo acercarte a mi, así que te di un empleo.
-Y todo para quitármelo un mes después... -dijo molesto.
-Sí, sí. -lo interrumpí- Te ofrezco algo mejor, mucho mejor. -callé por si tenia algo que decir, pero no fue así, continúe.- Lo que te ofrezco es una beca en una de las mejores universidades del país y todo lo que necesites...
-¿A cambio de que? -preguntó confundido.
-De tu compañía.
-Querrá decir sexo. -Dijo casi como un susurro y con tono de molestia.
-Compañía solamente.
-¿No le da vergüenza?
-¿Vergüenza por que? Guillermo, yo no soy tonto, se muy bien que alguien joven y atractivo como tú nunca se fijaría en alguien mayor como yo, si no fuera por el dinero. Yo no quiero un noviazgo ni nada que se le parezca. Yo lo que quiero es ayudarte, pagando tus estudios, y obsequiandote cosas, como ya te dije, a cambio de que pases tus horas conmigo... prácticamente como lo has venido haciendo este mes.
-Está usted loco. -Parecía estar más sereno.
-No seas tonto, Guillermo, si dejas pasar esto, te puedes arrepentir. ¿Que no quieres estudiar? ¿Ya no quieres superarte? Yo te puedo ayudar.
-¿Que tendría que hacer? -Preguntó luego de haberlo pensando un rato.
-Nada en especial, sólo estar a mi disposición. No quiero decir que no puedas hacer nada por ti mismo o que tengas que estar esperando mi llamada, claro que no, yo te avisaría con anticipación cada que necesitara de tu compañía.
-No lo sé... -dudó de nuevo.
-Creo que estás exagerando la situación... es como si fuéramos amigos, sólo que yo sería un amigo muy generoso y tú un amigo muy disponible. Piénsalo, te llamaré mañana por la tarde y me cuentas.
Me levanté dejando efectivo para pagar la comida y un poco de dinero extra cerca de la mano de Guillermo, él lo miró, pero no lo tomó. Estaba casi seguro de su respuesta.
