two

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Luego de la escuela, hice lo posible por convencer a las chicas de que mi instructora de baile me había pedido que llegara antes al estudio, para así no tener que ir a almorzar asquerosa comida chatarra junto a ellas. Luego de un par de mentiras se marcharon a un local de comida rápida sin mí, mientras que yo me dirigí caminando hasta la academia. Me escabullí silenciosamente hasta los vestidores y allí me senté para comer un par de uvas, luego me puse ropa cómoda para bailar, algo que no mostrara demasiado mi cuerpo, y comencé a estirar.

— Hey Maddie. — Escuché una voz detrás de mí y rogué por que no fuera alguna de mis amigas. Al voltear me encontré con Gianna, una de las coreógrafas. — ¿Llegaste hace mucho?

— No, acabo de llegar. — Mentí.

— ¿Quieres ir a practicar tu solo? — Me preguntó y yo asentí. Me ayudó a levantarme y caminamos juntas hasta el estudio C.

Ahora que estaba aprendiendo mi solo antes de tiempo, las chicas me creerían, ya no sería necesario inventarles una excusa sobre porque no había ido a comer con ellas si Abby no me necesitaba realmente. A veces sentía que el universo estaba de mi lado, ya que no necesitaba hacer demasiado trabajo para cubrir mis mentiras, en las cuales me estaba ahogando. Al parecer nadie parecía darse cuenta de que me saltaba las comidas y esto a mí me agradaba... me servía.

Cuando llegamos al estudio C nos topamos con un grupo de chicos, estaban en la clase de hip hop masculina. Debo admitir que desde que se había inaugurado esta clase exclusiva para chicos, todas las chicas del estudio se quedaban mirando de vez en cuando. A excepción de mí, que había estado totalmente perdida en mi propio mundo últimamente.

— ¿Quiénes son ellos? — Le pregunté a Gianna. — ¿Son nuevos?

— Sí, vienen de otro  estudio que ha quebrado, han viajado desde Arizona para tomar clases aquí, pero dudo que se tomen el baile muy enserio, si te soy honesta.  — Gianna me contó y yo quedé asombrada.

— Vaya... — Dije sin dejar de verlos. — Son buenos.

Nos quedamos un par de minutos más viéndolos, luego la clase terminó y los chicos comenzaron a salir de a poco. Los últimos en salir fueron los chicos que Gianna nombró, pero en cuanto salieron se quedaron mirándome impresionados, al principio no sabía porque, y pensé que se fijaban en mi cuerpo, pero luego recordé que yo era Maddie Ziegler, y seguramente habían escuchado mi nombre antes.

  — Chicos, tienen que tomarme una foto con ella. — Dijo el único de ojos marrón. — ¿Puedo? — Me preguntó. Yo solo asentí algo nerviosa, y el me rodeó con sus brazos como si fuéramos amigos de toda la vida.

— ¿Es Maddie Ziegler? — El chico más alto le susurró a su hermano mientras Jacob trataba de decirme un montón de cosas para parecer lindo conmigo. Yo solo le prestaba atención al par de ojiverdes que hablaban acerca de mí.

— Sí, idiota. — El más pequeño le dio un leve empujón. — ¿No es obvio?

— Pensé que era diferente... — Volvió a susurrar, parecía decepcionado. Inmediatamente me sentí incomoda, ya que se suponía que yo no había escuchado eso. — Luce... no lo sé ¿cansada? bueno supongo que todas son diferentes a como aparecen en televisión. — Siguió hablando sobre mí.

Luego de oír esa pequeña conversación que me hizo sentir bastante insegura, tuve que ir a practicar mi solo  así que solo me despedí con la mano y entré al estudio C junto a Gianna. Era imposible ignorar el hecho de que los tres se habían quedado allí, pegados a la ventana de vidrio para verme bailar y comprobar que era tan buena como en televisión.

FRAGILEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora