"Como conocí al idiota"[Editando]

10- Celos...¿Por qué?

—¿Quieres algo para beber? —le pregunto a Oliver ya que no habíamos cogido nada de bebida.
Después de el casi accidente, invité al "chico encapuchado" Oliver, que viniese a la universidad para invitarle a algo en la cafetería pero se empeño en que no quería ir a la universidad y fuimos al restaurante de Bruno, que no pensé que iría porque Broocklynd Nadia y Bruno estarían, pero no.

—No, pero igual gracias. — agradece y sigue con la pizza que hemos pedido para los dos.
Tenia hambre, porque 1) al final no comí la pizza 2) con el susto me a entrado más hambre que nunca.
Así que cogimos una de peperoni para los dos.
—Gracias, enserio —dice entre bocados.
—No es nada, gracias a ti por salvarme. —le vuelvo a agradecer hoy por décima vez.
Ríe.
—Ya me lo has agradecido mucho por hoy... —admite.
—Lo se pero es que si no hubiese sido por ti, la verdad es que no se como estaría ahora mismo. — murmuro.
Me toca la mejilla y la frota suavemente para que lo mire, me tranquilizo y cierro los ojos con calma.
—Tranquila, ahora estas a salvo. —murmura, me tranquilizo.
Que buena persona que es Oliver, es tan tierno.
A los segundos aparta la mano y no se porque, abro los ojos y me encuentro a una tercera persona muy cerca de la mesa.
Rayan. Me mira fijamente y después mira a Oliver cierra los puños con ràbia y se dirige a nosotros.

—Bonita velada... —murmura y se sienta al lado mio, me pasa el brazo por el hombro amistosamente.
—¿Quien es el?¿No me lo presentas? —pregunta demasiado cerca de mi rostro, con segundas intenciones que no entiendo.
Aparto la mirada de Rayan.
—Rayan el es Oliver, Oliver el es Rayan. —murmuro con miedo en la voz.
—Que nombre más sexy ¿verdad? —pregunta burlándose.
—Rayan porfavor...
—Tranquila Kayla solo era un cumplido... —ríe de una manera de lo mas falsa posible.
Rayan me coge de la mano suavemente y entrelaza los dedos por encima de la mesa.
Oliver me mira a mi y a la mano entrelazada.
—Yo...em...creo que me tengo que ir. —murmura y se levanta.
—No Oliver por favor. —suplico.
—Tranquila, ya quedaremos otro día. —se despide amablemente.
Me quedo parada por su reacción, y justo cuando sale por la puerta me aparto de la mano de Rayan.
—¿Pero a ti que te pasa? —le pregunto histérica saltando del sitio en el que estaba sentada.
—Bueno tranquila, no es para tanto... —murmura cogiendo mi bebida, y bebiendo.
—¿Que no? ¡Entras aquí sin más y comienzas a echar a la gente como si esto fuese tu casa! — exclamo enfadada.
—Haber tranquila, 1) se ha ido él 2) yo no he echado a nadie y 3) no he entrado como si fuese mi casa. —replica.
—¿A no? ¡Pues a mi me parece que si!—exclamo.
Saco de mi bolso 10€ y los dejo en la mesa, paso por al lado de Rayan y me dirijo a la salida del restaurante.
—Hey Hey Hey, no tan rápido nena. —vacila, salgo de allí y camino a paso firme.
—No te lo tomes a mal pero es que tío, parece Justin Bieber.
Encima chulo.

—¿Y? No tienes que hacer nada. —exclamo.
—Si que tengo algo que hacer, no tiene buena pinta, seguro que es un mujeriego que va por ahí ligando se a cualquiera y pidiendo comida, o un traficante o un drogadicto ¿Quien sabe? —habla rápidamente.
—¡Ya pues ese mujeriego, vagabundo, traficante y drogadicto me acaba de salvar la vida y se lo estaba compensando, idiota! —exclamo, Rayan se queda paralizado y aprovecho para largarme. Sigo caminando a paso firme y a los segundos reacciona y camina junto a mi.

—¿Enserio? —pregunta perplejo.
—Si. —contesto secamente.
El no sabe como me ha salvado la vida ni de que, pero sigue de lo mas paralizado.
Ahora mira al suelo.
—Está bien, te llevo yo con mi coche. —se resigna.
—No tranquilo no hace falta. — intento evitar aunque no me apetece nada caminar hasta la universidad sola y de noche.
—Vale como tu quieras. —me ignora y sigue su camino a paso ligero.
Me quedo parada en mitad del aparcamiento del restaurante mexicano de Bruno, miro a los dos lados y suspiro.
—¡Rayan! —exclamo.
Se gira con una risa en la cara, sus holluelos marcándose.
—¿Si, Kayla? —pregunta juguetona mente.
Giro la cabeza en forma de resignación.
—¿Y? —pregunta bromeando, se que quiere hacerme sufrir, intentando que le pida por favor que me lleve en coche.