"El traslador"

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Capítulo 5

"El traslador"

-¿Y de qué se trataba el sueño?-preguntó Tabatha, mientras se cepillaba los dientes junto a su hermano.

-Era...era sobre un cementerio.-respondió el mellizo.- No, más bien era sobre una gran mansión.-se auto corrigió, frunciendo el ceño.- Había un hombre mayor...se encontraba Colagusano, otro hombre y...una enorme serpiente y...estaba...-

-¿Voldemort?-susurró la pelirroja, escupiendo la espuma que tenía en la boca. Para su sorpresa, Harry asintió.

-No pude verlo bien, pero estoy más que seguro que era él.-ambos quedaron en silencio.- ¿Tú no lo soñaste?- Tabatha, negó.

-He estado teniendo sueños normales, nada del otro mundo.-murmuró ella.- ¿Has hablado con Sirius sobre esto?-

-Sí, se lo expliqué en la última carta que le envié.-respondió Harry.- No quise contártelo por el mismo medio, ya que no quería que nadie se más se enterase.-Tabatha asintió.

-Entiendo.-ambos quedaron en silencio y de vez en cuando compartían alguna que otra mirada. Una vez que ambos terminaron, se separaron: Harry iría a la habitación de Ron mientras que Tabatha, iría a la de Ginny.

Para cuando la pelirroja ingresó, sus dos amigas, aún se encontraban despiertas.

-Así que...-comenzó Hermione, terminándose de colocar el pijama.- ¿Encuentros con Cedric?-Tabatha miró de reojo a la menor de los Weasley y terminó asintiendo.- ¡¿No pensabas poner eso en las cartas?!-

-Solo fue una o dos veces.-se defendió la pelirroja.-No fueron tan importantes como para ponerlos en una carta.-

-Fueron algo que hizo poner celoso a George.-canturreó Ginny. Hermione las miró a ambas y no supo que decir.

-Buenas noches.-habló Tabatha metiéndose en la cama sin siquiera cambiarse la ropa por el pijama.

Hermione y Ginny tardaron un poco más en dormirse, pero para antes de las doce, lo hicieron. La pelirroja acomodó su almohada, dándole la espalda a la puerta y trató de volverse a concentrar en capturar el sueño.

Una gran mansión se elevaba en lo alto, un hombre mayor trataba de caminar por entre las irregulares enredaderas que le se prendían a los pantalones. Una brillante luz verde se encendía en lo alto de una de las ventanas y eso atrapó la atención del hombre.

La desvencijada puerta apenas chilló cuando la abrió. Él creía que era obra de los chiquillos que vivían en la zona y siempre jugaban en la mansión abandonada. Las escaleras crujieron ante el peso del hombre. La débil luz de una linterna iba marcando su camino hasta que llegó al piso superior. La curiosidad era grande y el hombre no daría marcha atrás, quería sorprender a esos niños y castigarlos por irrumpir en propiedad privada.

Las voces que provenían del último cuarto, no parecían ser la de inocentes chicos, más bien parecían las demandas de un adulto hacia otro.

El tema de conversación era un plan para asesinar a dos niños. El hombre se pegó a la pared y siguió escuchando. Uno de los dos adultos le gritaba al otro, dándole órdenes. El hombre se estremeció al ver algo viscoso pasando por entre sus pies. ¿De dónde había salido esa serpiente?

La serpiente ingresó a la habitación y repto por el respaldo del sillón, hasta situarse sobre uno de los hombres. El animal soltó una cadena de silbidos. En una fracción de segundo, la puerta se abrió de par en par y...

-Tabatha, cariño.-la pelirroja despertó de golpe, encontrándose con la señora Weasley que la zarandeaba del brazo.-Es la hora de irse, Harry, cielo.-le susurró, dejándola para ir a despertar a Ginny.

Los Mellizos Potter |Cancelada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora