"Evans y Potter"

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Capítulo 4:

"Evans y Potter"

Tía Petunia, llamo a su sobrina para que entrase. La niña se había olvidado por completo acerca de las cartas, en su mente rondaba ese gato tan extraño ¿Por qué no se movía?

Vernon, la tomo de la mano y la llevo junto a Harry a la alacena.

-Queremos nuestras cartas.- exigió Harry.

-Esas cartas fueron dirigidas a ustedes por error.- el hombre parecía querer mantener la postura.- Así que tuve que quemarlas.-

-¡No era un error, nuestros nombres y la alacena estaban en el sobre!- dijeron ambos enfadados.

-¡SILENCIO!- se notaba que quería mantenerse tranquilo.

-Con su tía hemos pensado que ahora que son grandes, pensamos que estaría mejor si se mudan a los cuartos de arriba a los dos que le pertenecen a Dudley.- se levantó y camino hasta la puerta.

-¿Por qué?- pregunto Tabatha.

-No hagan preguntas y lleven sus cosas arriba.- se fue dejando a lo que ellos le pareció una sonrisa.

-Eso fue extraño.- ella asintió a lo que su hermano decía y juntos comenzaron a llevar sus cosas.

En la sala se podían escuchar los berrinches que hacia Dudley acerca de la mudanza.

-¡No quiero que estén ahí, échalos necesito esas habitaciones!- al parecer sus padres no le hacían caso.

Una vez que Tabatha, se terminó de acomodar en su habitación, la puerta sonó.

-Pase.-

-¿Te gusta tu nuevo cuarto?- pregunto la cortante voz de Petunia.

-Sí, es demasiado acogedor, gracias.- Tabatha siempre fue agradecida con los demás, aunque a veces debía fingir para no quedar mal.

-Bueno, en una hora estará la comida.- dijo fríamente antes de abandonar el lugar.

-¿Tía?- la mujer se paró de espalda a la niña. Por un impulso se acercó y abrazo a su tía.

-Gracias.- apenas la soltó la mujer bajo la escalera tan rápido como pudo.

Luego de acomodar todo, camino hasta la habitación de Harry.

-¿Se puede?- abrió la puerta y encontró a Harry mirando por la ventana.

-¿En qué piensas James?- cada vez que querían llamar la atención de su mellizo se llamaban por su segundo nombre.

-En nada, solo que es raro la forma en que actúan, jamás nos hubieran permitido tener una habitación propia.-

-A veces las personas cambian, ¿No crees?- Harry se encogió de hombros y miro a su hermana.

-En unos días es nuestro cumpleaños, tengo una idea para poder festejarlo entre nosotros.- ella miro la cara de felicidad de su hermano, a veces no podía decirle que no.

-¡POTTER! ¡La cena!- se sintió desde la sala.

Ambos bajaron las escaleras sin decir nada. En la mesa se podía escuchar aún los berrinches de Dudley con respecto a sus habitaciones; al llegar a la sala, los murmullos se vieron apagados. La cena estuvo prácticamente callada por parte de los mellizos.

-¿Más carne querida Tabatha?- su tío le sonreía falsamente.

-No gracias, tío Vernon.- tomo un sorbo de jugo y siguió comiendo.

-¿Les gustan mis habitaciones?- Dudley apretaba los cubiertos hasta que sus nudillos se pusieron blancos.

-Gracias por dejárnoslo.- contesto Harry.

-Yo no se los he dejado, ustedes me los arrebataron.- sus padres se miraban sin saber qué hacer.

-¡Dudley Dursley! A tu cuarto ahora.- el niño se sorprendió ante la reacción de su madre y subió bufando las escaleras.

Luego de la cena cada uno fue a su cuarto. Tabatha no podía dormir debido a como su tía los defendió. Decidió bajar por un vaso de leche y algunas galletas.

Todo estaba oscuro y nadie estaba despierto. Se sentó en la mesa y le dio un mordisco a una galleta de chocolate. El sueño que tuvo de sus padres, la invadió pero no iba a negar que quisiera pensar en ellos.

"Era una tarde de otoño, el lugar era muy parecido al lugar donde estaba el castillo de los magos. La pequeña pelirroja miraba a su alrededor y habías chicos y chicas más grandes que ella, todos llevaban túnicas negras.

-Vamos Evans, solo será una cita y nada más lo juro.- escucho decir a un chico de gafas.

-Potter ¿Cuándo entenderás que no quiero salir contigo?-la chica tomo su libro y camino hasta un banco.

-Lo entenderé el día en que me digas que si.- al parecer no se iba a dar por vencido.

Los chicos que lo acompañaban reían ante su intento fallido de conquista. Ella miraba la escena y veía cierto parecido con la chica pelirroja y ella, al igual que con el chico de gafas con Harry.

Cuando el chico se dio por vencido, Tabatha se acercó a donde estaba la niña, sentía la necesidad de hablar con ella y poder conocerla.

-Hola.- dijo tímidamente.

-Hola, ¿Cómo te llamas?- le pregunto amablemente.

-Tabatha.-

-Lily Evans, un placer.- al escuchar el nombre, no contuvo la necesidad y la abrazo, sintió como las manos de Lily también la abrazaban."

Se despertó de golpe de aquel maravilloso sueño, aún era de noche. Dejo el vaso y el plato en el fregadero y subió a su cuarto.


Los Mellizos Potter |Cancelada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora