Estoy Viva ©

Capítulo 19: ¿Lo mataste?

¿Lo mataste?

- Bella -

Estaba recostada en la parte trasera del auto, él condujo algunos minutos hasta que pude sentir el auto detenerse, lo escuché bajarse del carro y abrir la puerta trasera sacándome a la fuerza, me quitó las cuerdas que ataban mis pies y la venda que tenían mis ojos, comenzó a empujarme haciéndome caminar hacia un edificio que parecía abandonado, miré hacia atrás y lo vi apuntarme con el arma, vi a los lados y no reconocía nada de lo que miraba.

Entramos al edificio y caminamos por un largo pasillo hasta llegar a una puerta, él la abrió y me hizo entrar empujándome, tropecé y caí al piso boca abajo, levanté un poco la mirada y pude ver a Mery amarrada a una silla, ella estaba inconsciente pero podía ver cómo respiraba, ella estaba viva.

Él me levantó, me volteó hacia él, sacó una inyección y la clavó en mi cuello, comencé a sentir sueño y pronto quedé inconsciente.

- Adam -

Toqué a la puerta de la habitación de Grecia para saber si Bella estaba con ella.

– ¡Adelante! – gritó Grecia desde adentro.

– Hola – dije entrando – ¿Y Bella?, ¿no sabes dónde está? – le pregunté.

– No tengo idea – me contestó ella peinando su cabello – Fui a buscarla a su cuarto y no estaba.

– Bueno, iré a preguntarle a Daniella.

– Está bien hermanito – me dijo Grecia.

Salí de su habitación... Bajaba las escaleras cuando mi madre que ya estaba abajo me dijo:

– Hijo, ¿puedes venir un segundo?

– ¿Qué pasa mamá? – le pregunté.

– Ven conmigo quiero mostrarte algo que te trajimos de la ciudad – dijo James acercándose a nosotros.

– ¿Qué cosa? – le pregunté confundido.

– Es sorpresa hijo – dijo mi madre.

James y yo salimos de la casa y nos dirigimos al garaje de esta, entramos y él encendió la luz.

– ¿Y bien? – le pregunté – ¿Qué querías mostrarme.

– ¡Esto! – dijo él quitando una sabana que cubría una motocicleta.

– ¿Pero qué? – dije sonriendo – Es mi motocicleta – dije acercándome y montándome a esta.

– Sí, a tu madre le pareció buena idea traértela – dijo entregándome las llaves.

– ¡Pues gracias! – le dije a James – Enserio la extrañaba.

– Lo sé – dijo él riendo.

– ¿Sabes dónde está Bella? – le pregunté.

– Sí, Andrew me dijo que fue a ver a su amiga, ya debe estar en su casa.

– ¿Fue a lo de Mery sola? – le dije.

– Sí – me contestó.

– Yo iré también – dije encendiendo la motocicleta – Aprovecharé para dar una vuelta.

– Está bien, pero ten mucho cuidado – dijo abriendo el garaje.

– Sí, James y otra vez gracias.