Capítulo 6: El chico de cabello negro

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El chico de cabello negro

- Bella -

– ¡Dios Bella!, ¿Dónde aprendiste eso? – preguntó el chico mientras tenía sus manos en la nariz.

Reconocí la voz de aquel misterioso chico y al escuchar mi nombre supe que me conocía, pero no podía ser él... la última vez que lo vi era un chico de cabello rubio casi tanto como el mío.

– ¿Nick? – dije aun asustada pero aun más confundida.

– ¡Sí! – dijo él – ¿Hace cuánto no nos vemos?, ¿Desde cuándo aprendiste a dar golpes así?

– No lo sé, a ver déjame ayudarte – le dije mientras me acercaba – ¿Y qué le paso a tu cabello? – le pregunté

– Nada, solo quería un estilo nuevo – me dijo.

– Sí, tu estilo nuevo casi me mata de un infarto – le dije enojada mientras lo volvía a golpear en el brazo.

– ¡Bella! – gritó - Estás mucho más fuerte, recuérdame nunca volverlo hacer.

– Sigues siendo el mismo exagerado de siempre – le dije – No tienes nada, estás bien.

Recordé lo que me dijeron mis padres en la mañana y le puse mi cara más seria a Nick y le pregunté.

– ¿Supiste del incendio de la cabaña de la señora Diana?

– Sí - me dijo él cambiando la expresión de su rostro.

– ¿Y también supiste que la policía te está buscando?

– Claro, ahora ya entiendo – dijo mirándome – ¿tú también crees que yo lo hice?

– No sé, solo quiero que me mires a los ojos y me digas la verdad.

– Yo no lo hice, Bella tienes que creerme, ni mis padres me creen y si tu no lo haces ya no sabré que hacer – me dijo mirándome a los ojos y muy seguro.

Decidí creerle, le regale una sonrisa y lo abrasé... sonaron las campanas en todo el pueblo que anunciaban que ya eran las doce del mediodía.

– Debo irme, es tarde – me dijo mientras se alejaba de mi casi corriendo.

– Pero, ¿tarde para qué?, ¿Adónde vas? – le grité

– Es un secreto Bella – me dijo caminando de espaldas y desapareciendo en la siguiente calle.

Me quedé desconcertada así que solo fui a comprar lo que faltaba para volver con Adam que seguro estaba esperándome, preguntándose en dónde me habría metido.

Volví a la tienda dónde había dejado a Adam hace unos minutos y él estaba parado afuera.

– ¿Dónde estabas?

– Lo siento, es que me encontré a un amigo del colegio – le dije.

– Bueno... ¿volvemos a la casa ya?

– Claro que sí Adam, mi mamá ha de estar esperándonos.

Nos fuimos caminando por el mismo camino por dónde habíamos llegado...

– ¿Te pasa algo? – me preguntó Adam.

– No, nada... ¿por qué lo dices?

– No has pronunciado palabra en todo el camino.

– Lo siento... estaba pensando.

– Pensando en el amigo que te encontraste – me preguntó.

Estoy Viva © Where stories live. Discover now