El Blog de John Watson

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01 de Abril


El gran juego

Lo siento por la demora en actualizar, pero necesitaba un par de días para meditar sobre lo que había sucedido.

Todo comenzó como siempre, con un gran ¡BANG! Aparentemente hubo una fuga de gas en frente y claro, el tiempo que llevo viviendo con Sherlock me ha enseñado lo insignificante que puede ser la palabra "aparentemente".

La policía investigó y descubrió que aquella casa había sido cubierta de explosivos, la única otra cosa que encontró fue una caja la cual contenía un sobre y dentro de éste había un teléfono rosa. Los lectores regulares de mi blog recordarán el caso llamado "Un estudio en rosa". No es necesario comentar que aquello fue realmente sorpresivo.

Como pueden notar en mi continuo uso de frases como 'mis lectores regulares', parece que disfruto escribir sobre mi vida ayuda. Y cuando descubro que la mitad de Scotland yard lee también ¡lo disfruto aún más!

Por lo tanto, exploramos el teléfono celular y había un mensaje.

Beep. Beep. Beep. Beep. Beep.

Cinco beeps o pips. Sherlock supo de inmediato que era una advertencia, debido a que hace algún tiempo existieron sociedades secretas que solían enviar semillas de naranja como amenaza. También había una foto de un departamento vacío, el cual Sherlock reconoció ¡Era abajo, el 221C de la calle Baker! Nos apresuramos allá y encontramos un par de zapatillas.

Una vez ahí el teléfono rosa sonó, era una mujer y lloraba. Resultó que quien fuera el organizador de todo aquello, arregló que secuestraran a la mujer y la cubrieran de explosivos. Si ella no decía exactamente cada palabra que se le decía que pronunciara... Uff...

Sherlock, naturalmente quedó encantado por esta nueva aventura. Ni siquiera pensó que aquella pobre e inocente persona estaba siendo hecha pasar por un infierno. La mujer nos dijo entre llantos que teníamos doce horas para resolver el primer problema.

Fuimos a San Bartolomé para que así Sherlock examinara las zapatillas. Como es usual, no tenía ni la menor idea cual era la interrogante, ni menos cual era la respuesta. Nos encontramos con Molly Hooper quien nos presentó a su novio, Jim. Aparentemente él trabajaba en "Servicios informáticos" y ahí está la palabra 'aparentemente' nuevamente. Oh y en ese momento, Alice y yo vimos como ellos se conocieron por primera vez.

De todas formas, Jim se fue y Sherlock le dijo a Molly que aquel sujeto era claramente gay. Como es usual, a él no le interesó que aquello fuera, ya saben ¡algo que nadie quiere escuchar!

Así que, devuelta a las zapatillas. Sherlock naturalmente hizo que me humillara a mí mismo en mi intento de examinarlas y no acertar en nada. Me dijo que tenían veinte años de antigüedad y que el polen revelaba que eran de Sussex. Después el recordó un nombre "Carl Powers", un chico que murió cuando Sherlock era aún un niño. Todos asumieron que fue un trágico accidente de natación, pero Sherlock siempre estuvo confundido con el hecho de que las zapatillas nunca fueron encontradas. Aparecieron ahora, veinte años después dirigidas a él.

Sherlock descubrió rastros de Clostridium botulinim en las zapatillas de Carl y concluyó que él fue asesinado por aquel veneno, el cual fue adherido a la medicina en contra del eczema del chico. Sherlock necesitaba hacerle saber al asesino como lo dedujo, así que escribió una entrada en su propia página web. Algunos deben haberse confundido con los mensajes bizarros del otro día.

𝑽𝒂𝒕𝒊𝒄𝒂𝒏 𝑪𝒂𝒎𝒆𝒐𝒔 |𝐒𝐡𝐞𝐫𝐥𝐨𝐜𝐤|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora