Capítulo 9

15.4K 860 77
                                    

Aquella mañana me desperté antes que Camila, le preparé el desayuno y cuando estuvo listo se lo llevé a la cama. Ella sonreía, pero sabía que estaba nerviosa, ella ese día si tenía miedo, y hasta noté que había llorando cuando se metió a la ducha porque al salir tenía sus ojos algo rojos. Yo solo me quedé en silencio, pensé que quizás no quería hablar.

Le pregunté tres veces si estaba segura de que iría sola a su casa y me dijo que sí, que no me haga problema por nada, que ella estaría bien. Hasta que no la vi entrar a su casa no me fui de ahí. Yo solo rogaba que todo fuese bien, que sus padres la ayudaran, que ellos no le hagan más daño del que aquel tipo ya le había hecho.

Yo me sentía triste por ella, sentía como si me hubiesen hecho a mi lo que le hizo aquel imbécil. Ella era tan pequeña y frágil, cualquier cosa podía hacerle daño y yo sólo quería cuidarla, quería protegerla de todo y hacerla reír. Sólo quería verla reír.

Me fui luego de haber dejado a Camila en su casa con mis cosas en mi mente. Primero, era que ojala Camila estuviera bien, le había dicho que me llamara cualquier cosa que yo estaría allí en unos minutos. Otra era que sus padres, hagan lo que hagan, no intentaran alejarla de mi de ninguna manera, yo no podría soportar aquello. Camila me importaba tanto realmente. Era increíble como yo había desarrollado sentimientos por ella desde tan temprano. Lo tercero y más importante: ese tipo.

En la noche cuando Camila se durmió hice un par de llamadas. En momentos así agradecía tener conocidos por todos lados, no me haría nada malo deber un par de favores, en verdad no me importaba nada.

Mientras conducía marqué el número de David y lo puse en altavoz. Él era un viejo amigo, policía, que me daría una mano con alguien.

-Ya estamos aquí, Lauren.

-Perfecto. Estoy yendo. Ustedes entran unos diez minutos después, ¿bien?

-¿Estas segura de esto? Tu no sabes quien es, Lauren. ¿Por qué no nos dejas a nosotros?

-Yo sólo quiero hablar con él, luego es todo tuyo, yo me largo.

-Bien... Bien, te espero.

Y sin más corté. No me sentía nerviosa, claro que no. Por Dios. Lo iba a matar.

Cuando llegué al conocido edificio toqué timbre, al parecer era todo de él, porque había un solo timbre. Miré a mi alrededor mientras esperaba. Vi el auto de David en una esquina y la patrulla en la otra. Suspiré impaciente por que abra o responda el maldito teléfono del timbre.

Me sorprendí cuando abrió la puerta y entrecerró los ojos viéndome. Era él, llevaba la misma chaqueta que hace dos noches atrás. Me sonrió y le sonreí.

-Hola, linda. ¿En qué puedo ayudarte? ¿A quien buscas?-Su sonrisa era asquerosa. Tenía aspecto de el típico idiota millonario, sí, pero cualquiera que lo viera jamás pensaría que era un maldito puto violador. Era alto, un poco más grande que yo, se veía fuerte. Pero yo no tenía miedo.

-Hola, yo... -Pasé una mano por mi cabello, miré a un costado y vi a David bajar de su auto. Lo miré a él con otra sonrisa y sin darle tiempo a nada lo empujé dentro.

-¿¡Pero que mierda te pas...

Primer golpe en su estómago. Lo vi retorcerse intentando recuperar el aire mientras estaba sobre el piso del pasillo.

-¿Por qué la tocaste? ¿Por qué no la trataste bien?-Mi voz salía tranquila pero llena de odio hacia él, que intentaba recuperar aire aún, ni siquiera podía hablar.

-Yo no sé de... de que hablas...

-Claro que sabes maldito bastardo.-Le di un puñetazo en la cara antes de que pudiera levantarse.-Camila no se merecía que le hagas eso. ¿Acaso no viste la persona que es? ¿No pensaste que podías hacerle daño? ¿Por qué la obligaste?-Se rió limitándose la sangre que caía de su boca.

I like what is wrong {Camren}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora