Expiación dudosa.

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El rastreador se sintió abrumado, al mismo tiempo que sentía que su espacio personal era invadido. El trato que Eve le dió fue algo inesperado...

Si él hubiera sido capaz de razonar, habría hecho mención a la improbabilidad y a la teoría del caos sonriendo de manera irónica y calmada. Pero no podía. Su mente divagaba.

Trato de desprenderse, pero el agarre de Eve era firme. Poco a poco eso se convirtió en un auténtico abrazo. La reina se aferró con fuerza y rodeo el cuello de Add con ambos brazos. Add hiperventilaba y parpadeaba como si tratara con todas sus fuerzas, de despertar de un amargo sueño.

El sonido del cristal quebrándose se hizo más fuerte. Desde el exterior, los chicos habían comenzado a quebrar la coraza protectora. Add tuvo miedo, por un instante, su cerebro seguía pensando en cosas escabrosas, y todo su cuerpo comenzó a temblar sin control. Pero Eve fue firme y lo mantuvo estrechado con calidez. Pronto se dio cuenta de que, comenzaba a sentir algunas cosas otra vez. Unas más por instinto. Era más como un proceso mecánico que a pesar de todo, le quitaba el aliento. Las manos enguantadas del muchacho de cabellos pálidos recorrieron los cabellos de Eve y se posaron en su espalda. Finalmente correspondió al abrazo.

Se sentía bien. Se sentía increíblemente bien. Era un abrazo cálido, y muy reconfortante. Anteriormente, se había propuesto a rechazar todas las muestras de afecto de los demás.

-Tranquilo- le dijo ella –no estás solo- continuó hablando, para tratar de calmar su ansiedad.

Es Eve...

Add la miró con más detenimiento. Su cara estaba llena de tierra, pero sus brazos y en especial, sus manos, estaban llenas de pequeños cortes, sus manos que parecían de cristal, pero eran duras como el diamante. El inventor recordó algo que le devolvió el pavor...las manos de la Nasod lucían...igual que las de su madre tras su muerte. Las pupilas se le contrajeron en una mueca de horror.

"-¡Oh maldición! ¿Le...hecho daño a Eve?-" pensó auto condenándose "-Primero mi madre y luego...oh ¡maldita sea! ¡Soy un monstruo!-"Su cuerpo se cimbró pero Eve lo sostuvo con firmeza.

Cuando volvió en sí, se percató de que el interior del búnker ya no lucia esas tonalidades púrpuras y azules. Ahora parecía un infinito mar, con el sonido de las olas golpeando las rocas, acompañado del olor de las brisas marinas e ilusiones como de burbujas. Ambos parecían estar flotando, dentro de aguas apacibles. El rastreador caviló sobre lo que había visto y hecho. En su corazón no había dejado espacio para nada más que no fuera ira o locura y debido eso, muchas personas habían salido lastimadas. Por primera vez desde que volvió de aquel pasado tan extraño, Add se sentía profundamente desconsolado. Un par de enormes gotas transparentes se formaron en sus lagrimales y comenzaron a resbalar por sus mejillas.

Fue como si hubieran abierto una llave, entonces no fue capaz de detenerse. Ahora que Eve estaba con él, podia desahogarse de otra manera; se sentía cansado de maldecir y destruir.

-Eve yo...- comenzó a decir con la voz entre cortada -yo...lo siento- Apenas se le entendrñia lo que quería comunicar.

Eve nunca creyó llegar al extremo de ser capaz de consolar a alguien.

-Tranquilo- le dijo la androide con una voz profundamente melosa.

-No pude salvarlos...- continuó el conteniéndose tanto como podía -Lo eché a perder todo y ...¡oh Dios mío!, tu casi...¡mueres por culpa mía!- se sentía miserable. No entendía porque ella había arriesgado tanto solo para ir por él. Hubiera sido mejor que lo dejara morir. Sentía que no merecía tanto.

Elsword: Crónicas del CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora