Capítulo XIX: El Ecuador de la Vida

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El reloj suena y yo lo reviento contra la pared.

Hoy no estoy de humor... Hoy no hay quién me beba el caldo. ¡Maldita sea!

Odio no poder sacármela de la cabeza... Odio sentirme mal por hacer que ella sienta algo más por mí; algo que yo no quiero corresponder.

He luchado por alejarme... La he ignorado y ella me busca. ¿Por qué no se olvida de mí? ¡¿Pero cómo se va a olvidar de ti?! Tú tampoco puedes.

¡Lo sé, maldita sea!— Grito mientras me incorporo de golpe.

Escucho la puerta del baño abrirse.

—Vaya, alguien se ha levantado de malhumor... Y habla solo.

Yashira sale desnuda del baño y siento vergüenza. Tenerla aquí es un recordatorio de lo de anoche.

No es lo que están pensando... O bueno sí... Quería tirármela... Quería arrancar las curvas de Luna de mi cabeza... Pero todo fue inútil. ¡No se me paró el nene! O sea, ¿qué carajo? ¿Acaso  no podré volver a tener sexo con alguien que no sea Luna?

—No empieces, Yashira...

—Está bien... Te dejo tranquilo.

—Shira... Siento lo de anoche... Yo...

—No sientas nada... Está bien.

—Eres preciosa... No lo dudes. Es que estoy bajo estrés... Tengo muchas cosas en la cabeza.

—No te preocupes... Yo... Mejor me voy, debo ir a la universidad. ¿Vas a ir?

—Tengo que ir a donde mi amigo y después voy a pagar la cuota de graduación.

—Ay, sí... ¡Por fin nos graduamos!

—Me harán falta...

—¡Qué dices! Nos mantendremos en contacto... Bueno, Feli... Me voy yendo. Nos vemos luego.

—Dale...

Veo cómo se viste de nuevo. Al parecer quiso darse una ducha antes de marcharse. Ella tiene un cuerpo de infarto y está buena... Me sorprende el hecho de no tener ningún tipo de reacción en estos momentos. Soy hombre y a los hombres cualquier cosa nos estimula.

Creo saber a qué se debe el comportamiento anormal y poco usual de mi miembro; la culpa.

Sí, me siento culpable por ignorar deliberadamente a Luna... Me siento culpable por hacer que sienta algo que yo no quiero corresponder... Me siento culpable por querer sacarla de mi sistema. Me invade la culpa por haber llamado a Yashira y poner mis manos en su cuerpo...

Me siento culpable por pensar que Luna es igual a todas... Me siento culpable por tener miedo.

Soy un cobarde... Lo sé. Y un egoísta, también lo sé.

****

—¡Maldita sea, Jonathan Agosto! Por mi madre que mañana vas a limpiar todo este desastre. ¡Puñeta, vomitaste todo mi baño!

—Ay, ya... No seas cabrón... ¿Cuántas veces limpié tus mierdas? Déjame disfrutar la borrachera en paz... Déjame olvidar... Déjame arrancarla de mi sistema— dice Nathan ya con un mar de lágrimas bajando por sus mejillas.

Este cabrón lleva dos semanas ahogándose en alcohol. Y todo por una puta que le ha roto el corazón y lo ha abandonado.

Todas son unas putas...

No, no todas... Luna es distinta.

¿Ves, pendejo? Por pensamientos como ese es que siempre terminas jodido... Todas son iguales y punto.

Luna  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora