-Está bien. Sólo... Sólo un bocado y ya, ¿bien? -Asentí. Le acerqué la hamburguesa a los labios y delicadamente dio un mordisco.



-Sé que las princesas comen caviar, pero no estuvo mal, ¿Eh? -Levantó un dedo indicándome que esperara un momento mientras tragaba.



-Deja de decir esas cosas, sí he comido hamburguesas antes, ¿ok? Eres idiota. -Me hice la sorprendida poniéndome una mano en el pecho y abriendo la boca en forma de O.



-¿Quién ha sido la que pidió ensalada en un carribar? [Carribar es una forma de decirle a los puestos de comida de la calle, por si no entendieron] -Se rió en voz alta cubriéndosela boca. Tenía un poco de mayonesa en la comisura de sus labios y se la quité con mi pulgar, luego me lo llevé a mis labios para chuparlo.



-¿En serio hiciste eso? -Hablo sin expresión en su rostro. Asentí y sin decir nada, dejé lo que quedaba de la hamburguesa a un lado, me di la vuelta sobre el césped y me acosté dejando apoyada mi cabeza entre sus piernas. Se asombró un poco al verme, pero no se quejó, ni dijo nada. Flexioné mis piernas para estar mejor y ella levantó ambas cejas viéndome. -¿Estas cómoda?



-Necesito que me abraces un poco y ya estaríamos mejor. -Sonrió acomodando mejor mi beanie negro que llevaba puesto. Subió más el cierre de mi campera para que no tuviera frío, luego dejó sus dedos debajo de mi cuello apenas rozando contra mi piel. Era la primera vez que se mostraba así de cercana conmigo, aunque su roce era apenas, me limité a verla desde abajo mientras disfrutaba de sus leves caricias en mi barbilla. -¿Cómo se hace para que alguien que te gusta tanto deje de gustarte?



-No lo sé. -Se rió mirando hacia arriba un momento. Le vi una marca en su cuello, era un corte.



-¿Qué te pasó ahí? -Se levantó la bufanda que tenía puesta para que no la viese.



-Nada. Me he caído. -Negué sin creerle.



-También vi la que tienes en la mano. Es un golpe. ¿Qué te pasó? -Suspiró mostrando enojo de repente. Ahí estaba la chica de siempre. Así era ella.



-Dije que nada. -Su tono se había vuelto firme. Me levanté del piso y recogí la basura que había dejado, los restos de comida y el vaso, fui al cesto más cercano que había allí y lo deposité dentro.



Al girarme me di cuenta de que Camila también se había levantado y se quedó viéndome parada en su lugar. No sé porqué sentía que se asustaba o le preocupaba que me enojara, aunque no lo hacía, sólo me molestaba que no confiara en mi.



-¿Ya nos vamos? -Preguntó casi en un susurro. Intentó no mirarme, pero por un segundo nuestros ojos se cruzaron y algo en ellos me preocupaba. Tenía apenas brillosos esos orbes marrones que tanto me gustaban. Quizás quería llorar.



-Ven. -La tomé de la mano y me permití enlazar nuestros dedos mientras ella caminaba a mi lado en silencio. Aunque mi mano era más grande que la suya, tan pequeña y delicada, encajaba perfectamente con la mía.



Caminé de su mano hasta llegar al muelle, aún sin decir nada fui hasta el final de uno de los puentes de madera que usaban las personas para ir a pescar en ese lado del mar. Había viento, el invierno no llegaba completamente, pero ya hacía demasiado frío, mucho más en las noches.



Solté su mano y miré el reflejo de la luna en el agua, era hermoso. Me encantaba aquello.



Sentí como ella tomaba con sus dos manos mi izquierda y me giré a verla. Sus cabellos estaban despeinados por el viento, se los hice a un lado y le coloqué sobre su cabeza el gorro que tenía su campera, tenía un borde de polar y me causaba ternura verla con eso.

I like what is wrong {Camren}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora