Ira y Amor

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La agonía, desdicha, dolor, frustración me hacían trizas; a caso era posible tanto dolor en un ser viviente, tanto dolor que preferiría mil veces la muerte que seguir viviendo de esta manera; ya las esperanzas se habían acabado, la oscuridad de la muerte había invadido nuevamente este reino, a mi y ahora seguía la vida de Khell. La ira de  Thranduil lo cegaba yo sabia que el era inocente, el no podía haber hecho tal cosa, tal atrocidad pero sabia quien tenia  la idea de poder hacerlo, quien podía ser tan cobarde y  malvado de hacernos esto con un solo propósito: volvernos débiles, odiarnos mutuamente, pero eso JAMAS lo lograría.

—Loriel, ¿que fue lo que paso?.—Elrohir, estaba frente de mi inclinado a mi altura, quería contestarle  pero ya no sabia que decir, las palabras se me hacían nudo en la cabeza, todo estaba por explotar dentro de mi  y Khell; Thranduil lo asesinaría eso si no lo había hecho ya. —¡LORIEL!.—grito, levante la mirada lentamente, estaba fuera de mi, quizás mi alma no estaba conmigo y se había ido con la vida de mi hija.

—Lo matara.—dije casi  sin aliento, el no entendía  lo que decía.—Elrohir, Thranduil matara a Khell, lo matara por nada.—no sé si fue haberlo dicho en voz alta fue lo que me hizo darme cuenta de lo grave de todo.

—No entiendo lo qué pasó, Thranduil dijo...

—Thranduil, el cree que me enveneno y mato a nuestra hija.—dije  y el llanto nuevamente me vencio. Este era un dolor indescriptible, un dolor en el pecho que me mataba.

—Entonces es cierto.—dijo molesto, se levanto de golpe y su mirada cambio  a una  llena de ira.

—Te juro que el no fue, te juro por mi vida que él es inocente.

—No cubras algo así Loriel.—dijo el  dandome una negativa, trague saliva.

—Te lo imploro, detenlo Elrohir,te lo pido, lo matara por algo que cree.— lagrimas  caían  por mis mejillas, el comprendió el dolor que estaba sufriendo, su mirada estaba completamente desconcertado de todo. No sabía que creer exactamente.

—Está bien, voy haber que puedo hacer o si puedo prevenirlo pero si  descubro que el tuvo algo que ver con todo esto yo...

—Elrohir, te juro que el no hizo nada, no tuvo nada que ver en esto por favor.—dije, el solo retrocedió  a la  puerta sin pedir más explicaciones.

—¡Cuiden a la princesa!.—ordeno al salir, el silencio abarcó todo pero no las murmuraciones, yo aun estaba en el suelo digerido las palabras de Thranduil, un nudo en la garganta lleno de dolor, frustración  pero sobretodo ira; ya no podría tener hijos, jamas seria madre nuevamente.

—Mi Leydi.—me llamo Mimiel acercándose a mi ella al igual que yo estaba con lagrimas en los ojos, se inclino y me abrazo pero ya no podía sentir cálido su afecto, nada seria lo mismo que antes.—Por favor, necesita venir conmigo.—ella me ayudo a levantarme del suelo, se lo agradecí ya que todo me mareaba.

Las murmuraciones no pararon, sentía cada mirada de las empleadas y de los guardias sobre mi, sobre la pobre reina que tendía quizás el mismo o peor fin que su antecesora.

—Déjame sola Mimiel.—ordene algo más severo de lo que hubiera deseado, mi dama no protesto sabía que deseaba estar lo más tranquila posible, me recosté de un lado mirando el atardecer marchito y con él sonido ligero de la puerta sabía que se había ido.

Suspire con pesar, lleve una mano al lugar donde antes albergaba a mi hija y ahora no había nada. Las lágrimas salieron sin permiso y luego un sollozo al sentir esta habitación más grande de lo normal; Oropher había jugado sucio y muy bien esta carta.

Pero yo lo haría mucho mejor. Por mi hija.

 Por mi hija

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El inicio de un amor Real©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora