Creando una tormenta

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No fue necesario que me diera una explicación, su rostro me confirmaba lo que tenía ya por sospecha, esa mujer no solo era una visita inesperada e imprevista. Era más que eso.

—¿Mitriel?.—pregunte al soldado de Thranduil que se habia quedado cayado y quizás ideando alguna respuesta.

—Thaniell, es una princesa de los reinos del oeste aun no asume la corona, le faltan mucho mas años que usted y claro casarse para asumir dicho cargo.—dijo. Pero no lo menciono mirándome a la cara, era como si deseara evitarme la mirada a toda costa.

—Es menor que yo.—observe, Mithriell soltó un suspiro y por segunda vez se fijo en mi.—¿Sabes lo que pudo estar haciendo aqui? cuando ingrese al salón Thranduil estaba hablando con ella y...quizás exagero o no lo se, pero tuve un presentimiento extraño cuando los vi.—Mitriell sonrió de una manera apretada bajando la mirada.

—Lo lamento alteza pero no se lo que...—suspiro con verdadero pesar.—Lo siento, no se nada del tema.— se fijo en mi y por segundos crei ver la expresión de odio destellando en su mirada.

—Bien, lo averiguare por mi cuenta.—dije dandome vuelta y saliendo del salon, pude sentir la mirada de Mitriell en mi espalda cuando estaba caminando hacia la salida, tenía un extraña sensación en el pecho, algo me decia que Mitriell solo hablo lo apropiado y prudente, todo para evitar que yo tenga un mayor problema con Thraundil o quizás para que nuestra relación no tenga mas problemas.

Si ese era el caso por mi parte todo tipos de problemas con Thranduil habían quedado olvidadas, yo deseaba una nueva página en nuestras vidas, deseaba conocer cada parte de él y entenderlo como apoyarlo en todo; no solo era por lo que pudo pasar ayer en la noche si no eso iba mas allá que todo eso, incluso mucho mas que los sentimientos que tuve con Khell; tampoco era resignación a mi nueva posición ya literalmente me vendieron a él para salvar mi reino. Esto, lo que sentía es más allá de cualquier expectativa y de cualquier cosa que hubiera deseado alguna vez.

Lo quería, lo amaba de una manera en que me era imposible describirlo, no se como demonios lo hizo pero me deje vencer por el príncipe del bosque negro, lo deje ganarse mi amor.

Pero por más que quería saber quien era esa mujer tambien estaba el problema de mi reino, mi padre no estaba en el pueblo y no me habia informado nada al respecto lo que me dejaba aún más preocupada ya que sentía que podía ser mas útil allá que aqui.

Después de todo Thranduil me estaba ignorando y no sabía el porque.

Yo por mi parte tenía que solucionar este dilema por mi propia cuenta ya que conociendo a Thranduil nunca me dejaria ir a mi reino, me gustaba que se angustiara por mi y mi seguridad pero en este caso no me ayudaba en nada y menos a mi reino.

—Si sigues caminando de lado a lado crearás un agujero en el suelo.—di un salto en mi lugar cuando la puerta se cerro con fuerza, Thranduil ingreso sin darme la mirada, estaba ignorandome, no, era mas que eso, estaba distante y no hacia nada para esconderlo o aparentarlo ya que solo me estaba evitando por completo.

El fue hasta el escritorio y comenzó a ver algunos papeles sin prestarme mayor atención. Decidí hablar de una vez.

—Mi reino esta solo Thranduil, mi padre no esta en el y...

—Tu reino esta bien.—no me miro y siguió haciendo lo suyo.—mande elfos de mis tropas a proteger a tu gente asi como centinelas a vigilar los límites asi que estate tranquila y, deja de hacer eso.—Baje la mano de mi boca y deje de morderme la uña que con tanta insistencia la lastimaba, un feo hábito que mi padre rogó que dejara pero era algo inevitable cuando estaba tensa.

—Tu mejor que nadie sabe que no es solo la protección del reino si no tambien las decisiones que se deben tomar, un parlamentario no sabrá nada de eso en cambio yo si.

El inicio de un amor Real©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora