Sentimiento no invitado: Celos

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Había despertado aún mucho antes del amanecer, cada minuto miraba por la ventana ansiando ver los rayos del sol, por más que interesará mis ojos no deseaban cerrarse, el sueño había quedado en el olvido al igual que los intentos para conseguirlo, ...

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Había despertado aún mucho antes del amanecer, cada minuto miraba por la ventana ansiando ver los rayos del sol, por más que interesará mis ojos no deseaban cerrarse, el sueño había quedado en el olvido al igual que los intentos para conseguirlo, con todo el silencio de mi habitación podía oír muy bien el latido de mi corazón con fuerza contra las paredes de mi pecho. Estaba segura que en cualquier momento saldría corriendo.

Cerré los ojos está vez respirando de una manera intercortada, las imágenes de Thranduil en esta noche se hacían más nítidas, más claras, en cada una el estaba besándome, acariciando mi cuerpo delineando mis curvas, dejando pequeños besos en mi cuello y bajando de una manera prohibida hasta el resto de mi ser para luego sentirlo entre mis piernas y por fin consumir lo que mi cuerpo estaba anhelando con fervor.

Negué con la cabeza quitándome ese pensamiento.

—Basta Loriel —me tuve que sentar en mi cama al sentir una capa de sudor en mi piel, sin duda mi encuentro con Thranduil a provocado que cada partícula de mi ser reaccione solo a él, mi jodido cuerpo no podía traicionarme de una peor manera; solo pensar en lo que pudo haber sucedido o lo que estuviera pasando justo ahora en esta cama me ponía los nervios a flor de piel, y no solo eso, mis senos me dolían y mis pezones se ponían duros, eso sin mencionar que sentía un hinconzon y ansiedad en mis partes bajas.

Esto no podía estar pasandome.

Levanté la vista con rapidez hacia los primeros rayos del amanecer, el día comenzaba y el hecho de ver a Thranduil era cada vez más cercana, una parte de mi quería pero otra temía a como reaccionaria.

—Alteza.—mis ayudantes ingresaron a mi habitación dispuestas a ayudarme en este día, me extrañe a no mi ver a Mimiel con ellas pero de inmediato ella apareció con una caja de moño en sus manos.

—Lamento la tardanza alteza.—con cautela se acerco hasta mi, tenía la ligera sospecha de lo que contenía.

—Princesa Loriel, su vestido está listo para usted.—mire a la más antigua quien tenía un hermoso vestido rosa palo de manga corta y cola larga de seda.—Luego del baño le ayudaré ...

—Gracias pero esta vez elegiré mi vestimenta.—se me quedó viendo algo asombrada por lo que dije.

—Pero alteza el príncipe Thranduil...

—Lo se pero ya hablé con el.—esa era mi intención anoche pero con todo lo que paso se me olvidó.—No te preocupes, el lo entiende. Por qué no mejor preparas la bañera.—ella sonrió guardando el vestido de nuevo.

—Algúna fragancia que desee.—mordi mi labio y lleve mi mano al collar que me había dado la noche anterior, luego la sensación en mi cuello debido a sus besos regresaron provocando que mi piel de herizara.

—Lavanda será de aquí en adelante.—dije con una sonrisa que automáticamente contagie a todas.

(...)

El inicio de un amor Real©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora