CAPITULO III. parte tres.

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El mozo se acercó para tomar el pedido, entonces Bruno fue el que habló. Ese fue el momento en que Micaela aprovechó para leer los mensajes que le habían escrito sus amigos. El primero fue el de Bianca: ¡¡Saliste con Bruno!! Ya quiero que me cuentes todo. La próxima es cita doble conmigo y el bombonazo del amigo. El mensaje le provocó una sonrisa. Abrió el siguiente: Gracias por contarme eh. Pudo notar la ironía en el mensaje de Nacho. Si bien intentó pensar en una respuesta rápida, aunque sea para el mensaje de su amigo, no pudo. Bruno terminó con el pedido, el mozo se retiró y ella decidió que guardaría su celular para que no interrumpiese más durante la noche, no quería incomodar a la persona que tenía en frente.

-Contame cómo hacés vos para tener dos trabajos y encima ir a la facultad. –Ahora fue Mica la que inició la conversación. -Yo apenas puedo con un trabajo y sólo porque está relacionado a lo que estudio.

-No es tan difícil lo mío. –Rió Bruno. -Trabajo a la mañana en un estudio, curso a la tarde las materias que puedo, otras las rindo libre, y el otro trabajo es en la empresa de mi papá, por lo que no demanda asistencia obligatoria.

-Ah, ahora entiendo. Pero de todas maneras es mucho, eso sumado que encima te hacés un tiempo para hacer ejercicio. –Se sorprendió ella.

-No es tanto, de verdad. –Minimizó él. -Igual es un alivio estar de vacaciones en la facultad, y éste fue mi último año así que sólo me queda rendir. –Habló relajado.

-Tal cual, yo también terminé el último año. Es un peso menos.

-Sí. –Coincidió. -¿Y a vos como te va en tu trabajo? Empezaste este año, ¿no?

-Ay sí, súper bien. –Contestó ella, sonriente. -Les doy clases a nenes de jardín, y amo demasiado los nenes chiquitos, así que me encanta.

-Qué lindo. –Sonrió Bruno. -Nada mejor que hacer lo que a uno le gusta.

Pasaron alrededor de dos horas y, en la quinta, los chicos ya habían terminado de comer el asado hace rato, por lo que Paula trajo el helado, el cual habían llevado Flor y Nico, a la mesa y comenzó a servirlo en copas, para que Bianca, quien estaba al lado de ella, comenzara a pasar una copa a cada integrante de la mesa.

-¿Qué te pasa, Nacho? –Preguntó Flor, una vez que todos disfrutaban sentados de su helado.

-Nada, ¿por? –Devolvió él, un poco extrañado por la pregunta de su amiga.

-No sé, te noto menos animado de lo normal. –Le contestó ella, con sinceridad.

-Él no se divierte lo mismo sin Mica. –Reveló Bianca.

-¿Eh? Nada que ver. –Se escudó Nacho, con rapidez. -Estoy igual que siempre, capaz un poco cansado. –Mintió.

-Ay Nacho, dale... –Pidió Bianca. -... No sé por qué te ponés a la defensiva, no tiene nada de malo que prefieras que ella esté.

-Que prefiera que ella esté no significa que no disfrute si ella no está. –Resolvió él.

-Yo no dije que no disfrutás, yo dije que no disfrutás lo mismo. –Esclareció Bianca. -No entiendo por qué no lo querés reconocer; todos los que estamos acá sabemos el vínculo que tenés con ella.

-¿Qué vínculo tengo con ella? –Afrontó Nacho.

-¿Es joda? –Le preguntó Bianca, y luego miró a los demás, quienes escuchaban callados y atentos el intercambio entre ambos. -¿Por qué no le dicen?

-Tienen algo especial. –Ayudó Florencia a su amiga. -Lo que no tiene absolutamente nada de malo.

-Por supuesto que no tiene nada de malo. –Coincidió él. -Puede que sí sea verdad, ella y yo somos amigos hace mucho tiempo.

-Yo creo que va más allá de la amistad. –Aportó Paula. Paio asintió, al igual que Bianca, Florencia y Nicolás. Por su lado, Gonzalo y Ramiro sólo tomaban su helado callados.

-¿Qué estás diciendo? –Cuestionó Nacho.

-Te está diciendo lo que pensamos todos, porque te conocemos y nos damos cuenta. –Explicó Bianca.

-Nos gustaría que lo puedas reconocer. –Sumó Flor.

-Sí, boludo. Somos tus amigos, vos sabés que estamos para eso. –Ahora adhirió Pablo.

-¿Por qué me preguntan esto ahora? –Quiso saber Nacho.

-Porque antes lo disimulabas un poco mejor. –Por fin levantó la vista Gonza, hablándole con total honestidad a su amigo.

-Yo... -El melli acusado de sentir algo más que amistad por Mica estaba sin palabras.

Nacho se veía atrapado; sus amigos lo conocían. Él ya lo sabía, aunque no quisiese reconocerlo en voz alta, él ya sabía lo que su corazón sentía por Micaela. Tanto tiempo lo quiso ocultar, tanto tiempo intentó reprimir ese sentimiento tan fuerte por ella, una de sus más grandes amigas. Y aunque la realidad es que lo había logrado, fue sólo por un tiempo. Él siempre fue mujeriego, nunca le gustaron los compromisos. A pesar de haber tenido novias, nunca le duraron más de seis meses. Ese era el tipo de hombre que él era, y era feliz así, estaba conforme con ese estilo de visa. Pero ella era tan especial, ella siempre estuvo ahí, y aunque al principio no lo haya notado, él era consciente de que el sentimiento hacia ella estuvo desde el primero día. Su mente voló hacia el momento en que la conoció, y hacia los primeros años de amistad. Él sabía que el vínculo que ellos tenían era especial, porque fue así desde el día en que se conocieron. Su hermano se convirtió en amigo de ella justo al mismo tiempo que él, sin embargo la relación nunca se desarrolló de la misma manera. Él sabía que ella también sentía algo especial por él; sólo que no el tipo de sentimiento especial que él tenía por ella.



Cansadita porque volví a la facu y tuve gym, pero acá firme para actualizarles porque ustedes me hacen feliz con sus votos :) xxxxxxxxx

Perks of being friends {Nachoela}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora