Keeper. (Sueño)

22. ¿Visiones?

Todos estaban muy felices de ver a Max y James nuevamente en el colegio, y obvio, yo también lo estaba.

Esta semana, el colegio estaba de aniversario. Bella me dijo que estábamos en el mismo grupo que Daniel.
Era bastante incómodo que en todas las reuniones de las alianzas, Daniel me mirara como si fuera lo peor del mundo. Según Bella, su mirada es más bien de amor imposible.
No le he dicho nada a Max sobre esto, ya que de seguro él lo tomaría de sorpresa y lo golpearía hasta que se olvidara de mi.

— Nuestro color de alianza es el azul, así que tomen estas bufandas y póngaselas donde quieran.

Bella nos entregaba a cada uno una bufanda, y nosotros ya estábamos preparados para las primeras competencias.
Max toma mi mano y nos dirigimos al gimnasio. De reojo puedo ver la mirada de Daniel, últimamente me ha seguido más de lo normal.

— ¿Por qué ese idiota te mira tanto? —Max frunce su ceño al mirar a Daniel.—
— ¿Quién? —Me hago la desentendida.—
— Ese de ahí, no creas que no lo he notado.
— Es Daniel, ya sabes...
— ¿Y ese aún no acepta que estamos juntos?
— Da igual, encontremos un lugar cerca, Bella competirá en quien come más rápido.
— ¡Quiero verlo!

Max besa mi mejilla y yo sonrío. Si con el está bien, todo está bien.

Cuando llegamos, nos sentamos al lado de Bella y James. El director dio unas cuantas palabras y empezaron las actividades.

Unos cuantos bailes, presentaciones de canto y algo de teatro. Luego anunciaron la competencia de comida, donde Bella perdió por muy poco contra una chica que parecía osa polar.

Ahora era el turno de los bailes. Por cada alianza se presentaban dos chicos y dos chicas. Cada uno tenía que sacar a bailar a alguien de su equipo y bailar la música que saliera de sorpresa.

Bella se ofrecía a cada rato y Jim la trataba de calmar. Yo no había notado que la actividad ya había empezado, cuando veo que Daniel está frente mío y estirando su mano.

— Eh...

Ni siquiera termino de articular alguna palabra, cuando Max se pone de pie y se acerca a Daniel.

— ¿Cuál es tu gusto por molestar a las parejas felices?
— Es solo una actividad de la alianza. —Dice Daniel, sin acobardarse.—
— Pues elige a otra persona.
— La quiero a ella.
— Lastima, ella es mía.
— ¿Eso crees?

Daniel se acerca aún más a Max, sonriéndole como idiota. Creo que eso rompió la paciencia de Max, ya que en una fracción de segundo lo toma de su camiseta y lo bota al suelo, logrando que Daniel se arrastre unos cuantos metros.
La fuerza de Max me sorprende y aún más, cuando sale del gimnasio más rápido que un rayo.

Todo el colegio parece no poder creerlo, es como si lo hubiese hecho un fantasma.

Rápidamente las personas se acercan a Daniel para ayudarlo. Yo miro hacia la salida y me dispongo a irme.

— Maya. —Bella toma mi hombro.— ¿No verás como está Daniel?
— ¿Y a mí que me importa?

Ni siquiera me reconozco al decir eso, pero de pronto siento un enojo muy grande hacia Daniel. ¿Por qué tiene que meterse?

Salgo del gimnasio y camino rápido buscando a Max.

Un instinto me dice que vaya al salón y ahí lo encuentro mirando por la ventana.

— Amor.

Max se da vuelta y sonríe, pero su sonrisa no llega a sus ojos.

— Lo siento Maya.
— ¿Por qué te disculpas? —Me acerco a él y acaricio su creciente barba.— Daniel fue un idiota.
— Lo sé, pero debería aprender a controlarme.
— Bueno, puede que eso sí.
— Somos muy pasionales Maya, me cuesta mucho trabajo controlar mis emociones. Y el que él se te acerque así... —Max cierra sus ojos y yo tomo sus manos.—
— Tranquilo, confío en ti.
— No sabes lo que dices. —Max sonríe.—
— Es el amor.