Keeper. (Sueño)

3. Una interesante clase de literatura

Hablé con Bella hasta las tres de la madrugada explicándole todo lo que pasó. Ella sólo atinó a decir que incluiría mi historia junto a Max y nos llamaría la fuerza Maxya.
Después de eso, dijo que leería un libro sobre crisis asmáticas.

La verdad, es que no podía quedarme dormida, y no sabia realmente porque. No sé si era por la preocupación hacia mi abuela, o por la mini taquicardia al recordar la voz grave y sexy de Max. Trato de decirme a mí misma que no es por la última razón

Según lo que me dijo mi madre al llegar a casa, el padre de Max era el médico general del hospital y mi abuela lo conocía hace años, al igual que casi toda la gente que llegaba al hospital.

Bueno da igual, ahora lo único que deseo es tener mi mente en blanco y dormirme.

Creo que sueño con ojos color café.

•

Durante el día de clases, trato de no dormirme. Lo único que me despertó fue el grito de Bella al darse cuenta que James me había saludado.

— Tienes que hacerte amiga de él Maya, así le hablas de mí.
— ¿Por qué no le hablas tú?
— Porque aún no termino mi libro. Espero terminarlo antes de la fiesta de bienvenida. Iremos, ¿cierto?
— Si, recuerda que perdí una apuesta.
— Oh, es cierto.

El año pasado apostamos a que el chico más tímido no me invitaría al baile. Bueno, me invitó.

— Espero que vayan, me muero por saber que utilizará James.
— Ok, creo que te estás obsesionando.
— Vamos Maya... Al fin nos dan algo que mirar en este aburrido pueblo. Tú debes mirar a Max, recuerda que los empareje en mi historia.

Pongo mis ojos en blanco y apoyo mi cabeza entre mis brazos. Estábamos en la clase de deportes, y el profesor nos indicaba la teoría de no sé que cosa. Da igual, no me importaba, lo único que quería era dormir.

Mi vista se va sin querer al final del salón, en la esquina, donde James estaba poniendo atención y Max escribía algo en su libreta.

Es extraño que ni siquiera me haya saludado. Es decir, ayer me trajo a casa, no es como si fuera una completa desconocida.

Max se estira en su asiento y creo que trago muy fuerte. Tiene un cuerpazo...

— Señorita Sullivan, ¿podría despertar?
— Estoy despierta.

Le digo, mientras levanto mi rostro.

— Ok, eso espero.

Bella se ríe a mi lado y yo gruño. Solo quiero dormir.

Más tarde teníamos literatura. Al menos ese ramo me gustaba, pero no tanto como a Bella, el profesor la amaba, le hacía un altar.

— Bien, hoy comentaremos unas historias fantásticas.
— ¡Yupi!

Bella grita y todo el curso la mira como si fuera un extraterrestre.

— Recuerden que estábamos hablando sobre los romances de estos personajes, así que formen parejas y comenten el texto que les daré.

Estaba dispuesta a mover mi silla, pero el profesor toma mi mano.

— No, no. Hombres y mujeres, no hay caso que solo vean un punto de vista en el romance. Ok, formen parejas.

Todos nos miramos incómodos. Está bien que nos conozcamos, pero digamos que no iremos rápidamente donde un chico para comentar una historia de amor.

— Está bien. —Dice el profesor rodando sus ojos.— Yo formaré las parejas.

El profesor caminaba entre los puestos y luego decía, tú y tú.