17. Cena de a cuatro

4K 369 38
                                    


Llevábamos aproximadamente, unos cinco minutos en silencio después de mi declaración. Max me observaba como si hubiese dicho que Bella es lesbiana.

— ¿Sabes?, mejor olvídalo.

Me doy vuelta con la idea clara de irme corriendo a casa, pero su brazo me detiene.

— Maya.

Lo miro, ocultando mi vergüenza, pero el está sonriendo.

— ¿Por qué te pones asi? Estamos unidos por algo fuerte, Maya, es normal.
— Es que...
— No sé que tanto problema, yo literalmente, nací enamorado de ti.

Lo dice como si no fuera algo importante, pero yo necesito que alguien me cierre la boca. ¿Nació enamorado de mí? Creo que nadie podría superar algún piropo así.

— ¿Es ese el problema que tenias? ¿Por eso tus cambios de humor?

Asiento y ahora me siento como una tonta. Max sonríe y acaricia mi rostro.

— Sé que la rapidez con que avanzan tus sentimientos puede ser algo confuso, pero eso no significa que sea malo. ¿Bien?
— Si.
— Bueno, muero de hambre, ¿por qué no vamos a comer?
— ¿Comida? —Sonrío, después de notar lo estupido que sonó eso.—
— Sí, comida Maya. Ahora que tú quieras que nuestra relación avance un poco, es otro tema. Pero te lo digo, no soy un chico que se entrega fácil.

Me río y el toma mi mano.

— Creo que no me vendría mal algo de carne. —Dice Max tocando su estómago.— Aunque sí tú quieres un banana split a lo Max, no me opondría.
—¡Ay! Déjalo, Max. —Digo sonriendo.— No quería que sonara así.
— Así son las mujeres de hoy, todas queriendo robar la virginidad de los hombres.

Luego de que comiéramos, comida. Max me lleva a casa.
No había notado que ya se estaba oscureciendo. El tiempo con el vuela.

— Bien, estás sana y salva.
— ¿Irás mañana al colegio?
— Si.
— Bien.

Me observo los pies. ¿Cómo se supone que nos vamos a despedir? ¿Cómo nadie me dijo que esto era difícil?

— Nos vemos, mañana. —Dice él. —
— Ehh, si.

Lo miro y no sé qué hacer. ¿Puede ser un beso en su mejilla? ¿Un abrazo? ¿Simplemente le muevo la mano?

— Maya, para la próxima no pienses tanto las cosas.
— ¿Qué?

Y antes de que pueda pensar en otra cosa, veo como Max se acerca a mi rostro y posa sus labios sobre los míos.
Gracias el cielo que hay un árbol en mi espalda, o sino me caería.

Cuando logro olvidar todo, disfruto de su contacto.

Sus labios son mi lugar favorito. La intensidad con que me toma de la cintura, me hace querer profundizar aún más el beso.
Dejo mis manos sobre su pecho, mientras siento su lengua acariciandome por primera vez. Cuando hace eso, siento como si un verano muy caluroso ha llegado a este pueblo.
Me gustaría besarlo, hasta desgastarme los labios.

Escucho como el árbol cruje y ambos nos separamos.

— Lo siento.

No sé a que se deben sus palabras, hasta que noto que fué Max quien había hecho tanta fuerza contra el árbol, que había roto algunas ramas.

— Es difícil contenerme aveces.
— No parecía que te contenías.
— Maya. —El sonríe.— Soy mucho peor, la intensidad de tus sentimientos, jamás podrán acercarse a los míos. Digamos que el común de la gente tiene el oxígeno, bueno, yo te tengo a ti.

Keeper. (Sueño)Where stories live. Discover now