14. Una mala noticia

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No podía parar de pensar en Max, simplemente no podía. Ya habían pasado más de cinco horas de nuestra conversación y ahora estaba en mi cama pensando en él. Hasta pensé que sería mejor que siguiera tratándome mal, así al menos lo odiaba.

Me di vuelta una vez más en mi cama, pero su rostro seguía apareciendo una vez más. No era simplemente su rostro, si no que su sonrisa, el sonido de su risa, su contacto de su mano con la mía, cuando sus ojos cafés me miraban fijamente. Como leí alguna vez, "tiene café en los ojos, eso explica por qué me quita el sueño".
Incluso creo que ahora todas las frases cursis que leí alguna vez, todas tienen sentido.
¿Por qué no puedo dejar de pensar en el? ¿Es que acaso todo es así siempre? Tan rápido...

— Pareces estatua, ¿pasa algo?

Observo a Bella y doy un suspiro.

— No quiero mirar a Max.
— ¿Por qué?
— Porque temo que si lo miro, después me voy a quedar pegada.
— Te entiendo, puedo odiar a James, pero cuando ambos se ponen esos gorros se ven muy adorables y sexys.
— Creo que estoy sintiendo cosas desconocidas...
— Se llama amor.
— Claro que no.
— Ok, pero al menos acepta que te gusta.

La profesora entra y yo me salvo de no tener que responder a eso. La verdad es que nunca me había gustado alguien, excepto cuando pequeña, pero esto es al menos mil por ciento peor.

Cuando termina la clase, Bella me susurra que Daniel está en la puerta esperándome. ¿Qué hace aquí?

— Daniel. —Sonrío y escondo mis manos en los bolsillos de mi abrigo.—
— Hola Maya, solo pasaba por aquí, ¿qué tal el campamento?
— Bien.
— De hace días que no te veía y bueno...

James sale del salón y Daniel se mueve para dejarlo pasar, luego Bella, y desde fuera levanta su pulgar y me guiña un ojo.

— Te gustaría un día de estos...
— Maya.

Siento una mano en mi hombro, y su aroma ya usual parece envolverme. Max mira a Daniel de pies a cabeza.

— Te invito a un café. —Sonríe y yo me pregunto si tengo los pies en la tierra.—
— ¿No se supone que a ti no te gustaba el café?
— Ahora sí me gusta. —Sonríe y luego mira a Daniel.— ¿Decías?
— Nada, bueno, nos vemos Maya.
— Adiós.

Daniel se retira y Bella lo observa irse.

— ¿No tienes frío en la cabeza? —Max se acerca a mi y se quita su gorro.—
— Mi cabello ayuda bastante.

Pero antes de que termine la frase, Max pone su gorro en mi cabeza. Tiene su aroma y se siente bien.

— Te queda bien, tengo más en casa, te regalaré ese.
— No es necesario.
— Solo es un regalo. Vamos a comer.

Max toma mi hombro y nos dirigimos al casino. Bella caminaba a mi lado y no paraba de sonreír, luego su sonrisa se quebró al ver que James estaba en la mesa.

— Es hora de que hagan las paces. —Dice Max.— Ven Maya, siéntate a mi lado.

Aunque quisiera, creo que las intenciones de no verlo o pensar en él, estaban muy fallidas.

James sonríe y Bella lo golpea con su cabello, dándole la espalda.

— ¡Vamos Bella! Podemos ser amigos.
— Me hiciste ilusiones.
— ¿Qué?

La cara de desconcierto de James, era graciosa. Max negaba con su cabeza y bebe café. Yo lo observo y pienso que me gustaría deslizar mi dedo por su perfil perfecto.
Cuando lo miro, parece que todo lo demás desaparece, creo que siento muy lejos los gritos de Bella.

Keeper. (Sueño)Where stories live. Discover now