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Capítulo 15: Secuestrada (Parte 1)

– ¿Cómo estás tan segura? – le preguntó Grecia.

– Por qué lo conozco de casi toda mi vida – le contestó Mery.

– ¡Chicas! – les dije – ¿No creen que debemos dejar de hablar de esto?, si queremos distraernos y olvidar, ¿Por qué seguimos hablando del tema?

– Sí, tienes razón – dijo Mery – ¿Quieren ir por un café?

– Eso sería perfecto, tengo mucho sueño – dijo Grecia.

Seguimos caminando y llegamos rápidamente al pueblo, fuimos a unos de los pequeños restaurantes que habían y nos sentamos en una de las mesas, el mesero llegó y pedimos los cafés.

Cuando terminamos nos disponíamos a irnos cuando...

– Disculpe señorita pero le han mandado esto – dijo el mesero poniendo un café sobre la mesa y entregándome una nota.

"Con muchísimo amor de tu asesino favorito"

– ¿Quien ha mandado esto? – le pregunté levantándome.

– Un joven que acaba de irse – me dijo él desconcertado.

– ¿Qué joven? – le pregunté – ¿Como era?, ¿a dónde se fue?

– ¿Bella que pasa? – me preguntó Grecia tomando la nota.

Al verla se sorprendió y se la dio a Mery.

– ¿Quien mando esto? – preguntó Mery.

– Un chico, tenía un suéter negro, gorra y lentes oscuros – dijo el mesero – Salió hace un momento.

– ¡Vamos! – dijo Grecia.

Salimos y lo vimos cruzar a la derecha, corrimos para seguirlo pero había desaparecido.

– ¿A dónde se fue? – dijo Mery – No tiene por donde escapar.

– Todo está cerrado – dijo Grecia.

– Vamos a tu casa Bella, lo mejor es que contemos esto a tus padres – dijo Mery.

Nos fuimos y llegamos a mi casa, le mostramos la nota a mi mamá y esta llamó a mi padre que estaba trabajando para ir a la comisaria, mi madre tomó su bolso, guardó la nota y se fue de la casa.

– Yo creo que debería irme a mi casa – dijo Mery.

– ¿Por qué? – le pregunté.

– Mi mamá debe estar muy preocupada y además no compré los cuadernos.

– Está bien – dije abrazándola – nos vemos pronto entonces.

– De acuerdo Bella, te quiero.

- Mery -

Me despedí de Bella, Grecia y salí de la casa.

Llegué a mi casa y entré.

– ¡Mamá! – grité - Ya llegué.

No recibí respuesta así que la busqué por toda la casa, no la encontré así que estaba sola...

Tocaron a la puerta y fui a ver quién era abrí y era Nick.

– Hola – dijo sonriéndome.

– ¡Hey!, ¿Cómo estás? – le dije – Ven pasa.

– Estoy bien – dijo entrando – ¿Tu cómo estás?

– Asustada – le dije sentándome en el sillón.

– ¿Asustada por? – dijo sentándose muy cerca de mí.

– Por Bella... – le dije mirándolo a los ojos, contándole todo lo que había pasado.