-Si no quieres lo comprenderé.- Me dice soltando mi muñeca.- Solo... es que... ayer confiaste tanto en mí como para contarme aquello y yo quiero confiar en ti también. Pero esta vez... de verdad.

Trago duro y asiento con la cabeza. Jimin sonríe de oreja a oreja.

-Podemos ir a desayunar afuera e ir luego al orfanato. Hoy puedo sacarla a pasear, así que iremos a algún lugar lindo, ¿qué te parece?- Su emoción me llega tan profundo que hasta siento que no puedo esperar.

-Conozco un bonito lugar. Mmm... ¿Le gustan las flores?

-¡Las adora! ¡Vamos!- Vuelve a tomar mi muñeca y me arrastra escaleras abajo. Justo en el final de las mismas, se detiene.- Creo que tendrás que avisarle a tu madre.

Su voz denota temor y me divierto con ello.

-Claro. Espera aquí. No quiero que te ocurra algún "accidente".- Bromeo, pero creo que se lo toma en serio. Voy hasta el living, donde mi madre se encuentra limpiando y la llamo.- ¿Mamá? Saldré por ahí con Jimin. Llevaré mi teléfono por si necesitas algo.

Pero antes de que pueda salir corriendo de allí para ahorrarme sus palabras, me llama. Doy media vuelta para que sepa que la escucho.

-¡Qué tengas un lindo día!- Dice mi madre sorprendiéndome de sobremanera. ¿Sólo eso? ¿Ni una reprimenda? ¿Nada?- Jimin, por favor cuida de mi hijo.

Mi mejillas arden y siento como Jimin grita un "Lo haré" desde la puerta. Aún mirando a mi madre, le sonrío con agradecimiento.

-Gracias, mamá.- Le digo dando media vuelta para alistarme y salir con Jimin.

-.-.-.-.-.-.-.-.-

Fuimos a una cafetería cerca del orfanato para esperar por la hora de visita. Jimin se veía realmente contento y eso me alegraba. Ojalá pudiera llevarme bien con su hermana. Los niños no suelen seguirme, pero todo el mundo me dice que soy uno de ellos, así que supongo que tengo una posibilidad.

Llevo nuestro pedido a la mesa donde Jimin esta reservando, y le entrego su café.

-Gracias, Kookie.

-No me llames así.- Le digo escandalizado, mirando a mi alrededor para saber si alguien escuchó ese ridículo apodo. Un grupo de chicas que estaban sentadas al lado nuestro reían al escucharlo.

-¿Por qué no?- Me pregunta haciendo un puchero con sus labios.- Tae, Hobie y tu madre te llaman así. ¿Por qué yo no puedo?

-No te prohíbo que lo hagas. Solo... no lo hagas en público.

Tomo un sorbo de mi café quemándome la lengua.

-Despacio, Ko... Jungkook.- Se corrige.

Molesto por el dolor intento no rozar esa parte de la lengua dentro de mi boca.

-¿Crees que le agrade a Sarang?- Le pregunto preocupado.

-No lo sé en realidad. No te mentiré.- Me dice al ver mi cara de pánico.- Ella es algo... selectiva. No habla con nadie si no es conmigo, su maestra o... Jinhye.

Fija su mirada en mí para ver mi expresión, sin embargo, logro reservar mi cara de inconformidad.

-Ya veo... No soy bueno hablando con los niños, pero lo intentaré.

-Sé que lo harás.- Me dice sonriéndome.- Sarang no recuerda a mis padres, era muy pequeña cuando murieron. Yo todavía no había cumplido los 18 y no había completado mis estudios siquiera. Me la quitaron a días de su muerte. Intenté de todas las formas posibles que no la alejaran de mi lado, pero de nada sirvió. Incluso me dieron ciertas instrucciones que tengo que seguir para poder tenerla en casa. Pero son difíciles de cumplir.

FOR YOU [Jikook]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin