Hope Mikaelson

3. Papá sobreprotector

Recién comenzaba el otoño. Mi época favorita del año.

Estaba pintando, me encantaba la pintura, papá era un excelente pintor; él me había enseñado a usar la pintura a mi gusto y a reflejar mis sentimientos en mis obras pero yo no pintaba por que a papá le gustaba que lo hiciera sino por pasión.

No terminé la pintura ya que me dio hambre, puse la paleta encima de mi pintura y me fui a buscar a Kol, mi compañero de caza.

-Hey, Kol- le dije tocando la puerta de su habitación- ¿Ya estas listo?

-¿Tanto tardas?- me preguntó saliendo y caminando delante de mí-Tengo ganas de matar a alguien ¿Qué estamos esperando?

-¿A donde iremos, hoy?- estábamos bajando las escaleras.

-Mmm...

-Hope- me llamo mamá- Ven un momento-miró a Kol y él dio media vuelta subiendo de nuevo.

Llegué a la sala y me sorprendí al ver a papá, Cami, mamá, al tío Elijah, a Davina y Marcel en la sala.

-¿Qué pasa?- pregunté. Davina se veía molesta.

-Hope, tal parece que tu madre, sin mi consentimiento, ha decidido que irás a una escuela de humanos- dijo papá algo molesto.

-No entiendo- mi voz era neutra. ¿Era una broma? ¿Querían que haga una masacre de niños estúpidos?

-Hope, ya tienes 16 y es hora de que tengas una oportunidad de un futuro distinto- dijo Cami- Lo mejor para ti es que vayas a la escuela, tengas amigos...-la corté.

-Tengo amigos, ¿Qué sabes acerca de lo que es mejor para mí?

-¡Hope!- mamá me llamó atención -No le hables así a Cami.

-¡Mamá! No es justo, tú me has educado bien, no necesito ir a la escuela- me cruce de brazos-¿Quieren que mate a todos?-

-Tienes un perfecto auto-control- dijo tío Elijah-No tienes problemas con Davina-le alce una ceja.

-Davina también irá- dijo Marcel. ¿Eso ayudaba? Algo.

-No se diga más- dijo papá-Vas hoy, es temprano, tienes 2 horas para estar lista- me acerque a él.

-Papá, no me hagas esto, por favor- sus ojos reflejaban todo el amor que sentía por mí.

-Prometí que no te haría lo que mi padre me hizo a mí... él me quitó la educación, no te haré lo mismo a ti.

-Oh, vamos- sabia de que se trataba todo esto- Sé que lo hacen por mi destino, saben que puedo elegir ser humana o quedarme híbrida, pues adivinen qué: No quiero ser humana- subí corriendo en un segundo a mi habitación.

Allí estaba mi tía Rebeca.

-No intentes convencerme de esto- le dije.

-Oh, no; solo quiero ayudarte en tu atuendo de hoy- abrió mi armario y empezó a sacar ropa.

-¿No crees que es injusto?- me tiré en mi cama.