15. Entre espasmos y lágrimas.

Começar do início
                                    


**


Miriam recordó aquel tiempo. Ella acababa de cumplir veinte años, estaba embarazada de Talía y con el corazón hecho trizas porque el padre no quería responsabilizarse y las abandonó apenas supo la noticia. Por otra parte los padres de Miriam, al ser de una familia de buena estirpe, la echaron de casa con solo unas cuantas monedas en el bolsillo. Y ella, con lo orgullosa que era, no pronunció palabra alguna y la misma noche en que le ordenaron abandonar la casa, ella lo hizo, decidida a continuar con su nueva vida junto a su bebe. Guardó lo más importante en una mochila de acampar que tenía a la mano. Desde Shampo. Un par de cobijas delgadas. Tres cambios de ropa y un cepillo, pasta dental y el botiquín, que nunca le estaba de más. También asaltó la alacena, llevándose comida enlatada para dos o tres días. Tomó su celular y el cargador. Cualquiera que la hubiese visto en la calle pensaría que la querida hija de una de las familias más adineradas de la zona ''A'', iría de campamento con los amigos como acostumbraba hacer. Nadie sospecharía qué esa noche, abandonaría la zona y que jamás la volverían a ver.

Miriam, mucho antes de su embarazo, había escuchado tiempo atrás, entre conversaciones con sus amigas, que en la zona ''F'' todavía habían unas cuantas casas cuya construcción quedó pausada y temporalmente abandonada. Con la duda de si seguirían en dicho estado, tomó como primer opción la zona'' F'  abandonando su hogar durante la noche. Así sus padres no la verían marcharse y de esa manera evitaría, tanto para ella cómo hija y para ellos como padres, escenas molestas. Tomó su mochila, lista desde antes de caer la noche, y subió a su bicicleta, dirigiéndose sin más, al lugar donde viviría de ahí en adelante junto a su bebe.

Al llegar a la zona esperada, el miedo la invadía. 

Había tomado una decisión impulsiva. Lo sabía. Pero no quería criar a su hijo en un ambiente hostil donde día con día le recordarían que su procedencia no era más que un error. Un mal cálculo en la vida de una de las familias más adineradas y conocidas. Miriam prefería empezar desde cero con tal de evitarle malos tratos al bebe que venía en camino. << Es una decisión impulsiva, sí. Pero¿ errónea?...solo el tiempo me lo dirá >>

Cuando llego a lo que era, el final de la zona más pobre de la ciudad entera, vio varias casitas que nunca fueron terminadas y buscó en todas ellas; descartandolas en su mayoría ya que la escasez de paredes o techos, no le brindaban la seguridad que necesitaba. Aunque, según los registros, ni en las zonas mas pobres existia algo como la ''violencia'' el ''robo'' o el ''crimen'' Después de recorrer varias construcciones a medio hacer, eligió  la que le pareció ser más estable.Era cierto que la casa estaba que se caía por la pésima estructura de su construcción. Pero le serviría de mucho por el momento; además de que era la mejor entre todas. 

Al entrar tuvo que alumbrar con su celular la habitación. Notando que había algunos utensilios de cocina esparcidos por allí, se preguntó si alguien había estado viviendo allí antes que ella. Los cubiertos, en su mayoría, estaban oxidados y algo deformes por el constante uso. En la pared del segundo cuarto, un viejo colchón, con algunos resortes por fuera, húmedo y delgado, estaba recargado en la pared. << ¿Es posible que un lugar así exista?>> se preguntó incrédula, al ser tan joven e ingenua. La idea de que hubiese un lugar tan descuidado e inhóspito como ese, le causaba una extraña sensación. Se suponía que no había tal cosa como la pobreza. Pero al parecer, alguien había estado viviendo en esa casa no por gusto, si no por mera necesidad. <<Justo como yo>> pensó, riéndose de si misma. La pequeña casa que apenas contaba con dos habitaciones y un baldío reseco y espeluznante, estaba a oscuras, apenas podía distinguir el colchón y las cazuelas con la pálida luz de su celular; pero le servía. Y eso, la hacia perfecta para una ''fugitiva'' con un bebe creciendo en su interior.

Colocó sus cosas en una esquina y tendió en el suelo las mantas que llevó consigo. Prendió algunas veladoras de aroma con las que solía decorar su cuarto y se sentó frente a la cálida luz del fuego, dándole la espalda al baldío que tanto la aterraba.El noticiero había anunciado que las condiciones climáticas iban a ser un tanto desfavorables, pero que con las puertas y ventanas cerradas, apenas se sentiría la fuerte lluvia que caería. Así, con esto en mente, jaló el colchón, aplicando algo de fuerza, y lo movió hacia donde estaba el portal;  hacia aquel oscuro lugar donde la construcción  se había pausado, dejando un hueco que solo un colchon podria haber cubierto. No muy segura de que tanto le serviría cómo puerta, prefirió moverse a la primera habitación, cerca de la puerta principal que, aunque no parecía muy segura, era más estable que la puerta provisional.

Las horas pasaron y la tan esperada lluvia llegó. No era tan fuerte como habían dicho, así que Miriam se sintió descansar por fin. Echa un ovillo en la esquina de la habitación, se dispuso a dormir, consciente de que al día siguiente debía buscar un nuevo trabajo de por ahí cerca. Había dejado su identificación en casa, pero con el Código de ciudadano que le había sido entregado al nacer, era más que suficiente para identificarse. Ademas, su código seguía diciendo que pertenecía a la zona ''A'' cosa que le ayudaría mientras su registro no fuese tocado por la ley de su padre. 



****



Pasaron varias horas. Horas en las que Miriam dormía en aquella esquina mohosa donde bien, pudo haber iniciado un día común y corriente de no ser por ese extraño sonido que la despertó.

Alguien había removido los inertes charcos de agua con aspereza. No podía asegurarlo pero, había una persona merodeando a fueras de la devastada casita. Miriam contuvo la respiración y escuchó con gran atención. Quizás era solo un animal que se había escapado de su casa. Así como ella. Algún perro callejero que buscaba resguardarse del frio. No había por qué temer. Se reacomodó en su lugar y dispuesta a retomar su sueño cerró los ojos.

−ORIENS EX ALTO*.− escuchó a alguien decir de repente. Era una voz ronca, pausada pero inesperadamente infantil. Dio un leve salto y se sentó de un movimiento. La piel se le erizo.

− MORS VENIT− continuaron hablando con cierta dificultad al otro lado de la pared. Aquella voz era temblorosa. Parecía que las palabras estaban rasgando fieramente la garganta de quien hablaba al otro lado. Otro chapoteo en el agua, esta vez, más fuerte que el anterior. − HORA FUGIT.

Un golpe sordo fue lo último que se escuchó tras esas palabras. Aquella persona había caído. Estaba segura de eso. Esperó unos minutos y al no captar sonido u movimiento alguno, se levantó y con cautela, salió al lugar de donde provino tal evento.

El sol aun no salía, y el cielo estaba oscuro. La única luz que existía provenía de aquel enorme foco que representaba su sol y su luna. Con todo mojado a su alrededor, rodeo la casa y justo ahí, entre la hierba, un pequeño bulto respiraba con dificultad y se retorcía levemente entre espasmos y lágrimas.







*Nota* - Oriens Ex Alto Mors Venit, Hora Fugit /Descendente desde lo alto. La muerte llega, el tiempo vuela.

A través del CristalOnde histórias criam vida. Descubra agora