Capitulo XVIII.

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Edward estaba en su habitación bastante intranquilo. Caminaba de un lado a otro y no sabía qué hacer, estaba desesperado. Para su fortuna el fin de semana había llegado y así no tendría que acudir al colegio, no quería ver a nadie, solamente quería hundirse en su nerviosismo y olvidarse de todo el mundo. Estaba metido en un problema bastante grave. ¿ahora qué haría? Se preguntaba una y otra vez mientras recorría su habitación.

Tocaron la puerta y Edward dio un respingo. Estaba tan concentrado en sus cosas que eso lo había asustado.

—¿Quién? —pregunto con un hilo de voz.

—Yo bebe—susurro James del otro lado de la puerta.

—Pasa y ponle el seguro—el omega se sentó en la cama con las piernas cruzadas. Miro como el joven entraba y le dedicaba una enorme sonrisa—Tenemos que hablar James—dijo preocupado.

—¿Qué pasa bebe? ¿Te sientes mal? — el alfa se sentó junto a Edward tomándole las manos y dándole un dulce beso.

—Necesito decirte algo que está pasando, no sé cómo lo vayas a tomar, pero a mí también me sorprendió mucho—sonrió de lado—Tienes que mantenerte tranquilo y solamente así encontraremos la manera de resolverlo. Solamente pido que me escuches.

James elevo una ceja y miro fijamente los ojos verdes del chico que más quería. Parecía nervioso e inquieto. Eso era extraño en Edward, él siempre estaba tranquilo.

Edward respiro de manera profunda y miro al alfa.

—Creo que estoy en estado...— el silencio se hizo presente.

James sintió como un balde de agua fría le caía en la cabeza. Si habían tenido relación un par o quizá cientos de veces, ¿Pero en estado? Ambos tenían 16 años. No podían ser padres tan jóvenes. Era una completa locura. Eso no estaba bien.

Entonces en ese mismo momento Edward supo que había perdido a su James para siempre. Lo sabía y lo sentía.

El alfa se levantó. Sin decir nada salió de la habitación. Edward sintió el corazón partirse en mil pedazos. Se deslizo hasta el suelo y pego la cabeza en sus rodillas, no único que le quedaba era llorar.

Pero algo sucedió. James regreso a la habitación con un papel en la mano.

Edward lo miro con una ilusión de tener una familia con él. Quería decirle tantas cosas, que todo estaría bien, que serían felices, como sus padres, que podrían salir adelante a pesar de ser tan jóvenes. Por un momento Edward sintió que tenía una oportunidad de ser feliz.

—Este es el numero de una de mis amigas, ha tenido más de cuatro abortos, seguramente ella te ayudara, ella sabe la receta del té que puede hacer que te libres de este problema.

El omega se levantó del piso y miro al alfa que se mantenía en silencio y con la mano estirada.

—¿¡ERES IMBECIL O QUE TE PASA!? —Edward tomo de la playera a James arrojándolo fuera de su habitación—¡NO QUIERO VERTE JAMAS EN MI VIDA! ¡MALDITO COBARDE! —Edward dio un portazo y se encerró con seguro!

James se acomodó la playera. Y miro a ambos lados del pasillo. Para su desgracia, ahí estaba su padre, Niall lo miro fijamente, el alfa no dijo nada, entro en su habitación imitando la acción de Edward.

—¿Qué fue eso? —pregunto Harry asomándose por el corredor

—Creo que hay problemas en el paraíso—susurro Niall—Nuestros hijos—hizo una mueca.

—Ya veo. ¿Vas tu o voy yo? —Harry elevo las cejas.

—Hablare primero con Edward ¿Si? Tu sigue en el trabajo, yo después de aviso que paso—el rizado solamente asintió.

Paradise Or Hell?- Larry StylinsonWhere stories live. Discover now