El tiempo había pasado volando. La decisión de irse a vivir a Londres fue fácil, los chicos tenían que acudir al colegio, y bueno, la cuidad era agradable después de todo. Hasta ahora todo había estado tranquilo algo que les inquietaba todos.
James y Edward tenían 16 años.
La pequeña Olivia tenía 13 una edad bastante difícil.
Pero al final del día eran una gran familia feliz.
Edward se encontraba en su habitación terminando una tarea que era bastante importante, era estudioso y aplicado.
Edward era Muy atractivo con el cabello largo y un poco rizado como su padre, seguía siendo un chico serio y callado, pero a veces tenía sus momentos buenos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¡DIOS TENGO QUE CONTARTE ALGO! —menciono James entrando sin tocar como siempre. Cerro la puerta tras de él, colocándole el seguro discretamente.
—¿Qué? —dijo Edward son quitar la mirada de la laptop.
—¿A que no adivinas? —menciono el pelinegro sentándose frente a él.
—No lo sé—suspiro.
James le quito la laptop cerrándola y dejándola de lado. Edward miro al alfa fijamente. James sonrió y se acercó a Edward dándole un tierno beso en los labios.
—Te amo más que ayer—sonrió tocándole el rostro despacio—Eres tan bonito—susurro intentando besarlo de nuevo. Edward se alejó y acomodo su cabello con nerviosismo.
—Alguien puede vernos—dijo con timidez.
—¿En verdad te importa? Creo que nuestros entenderán, crecimos juntos, eres un omega hermoso y yo un alfa que quiere estar contigo. Era demasiado obvio que esto iba a suceder—le guiño el ojo. James lo tomo de la nuca acercándolo más besándolo con intensidad.
Ambos habían comenzado con esa locura desde los 14, las cosas solamente se fueron dando, hasta que terminaron haciéndose novios, compartiendo cosas y contándose secretos, eran una pareja realmente linda. En la escuela no ocultaban su amor. Cualquiera que se atreviera a molestar a Edward se las vería con James que era un problemático de primera.
Jamás era bastante inquieto, siempre se metía en problemas y no se dejaba de nadie y cuando se trataba de defender a su novio no media las consecuencias.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
